Especiales Semana

VEHICULOS

28 de febrero de 1994

UNA PROHIBICION PROVECHOSA

EN COLOMBIA, TRADIcionalmente, y de acuerdo con las políticas trazadas en materia de comercio exterior, existía la prohibición de importar -autos usados al país. Con la apertura, el hecho se hizo aún más evidente. Sin embargo existía una excepción que era para los colombianos residentes en el exterior por un período no inferior a dos años y que decidieran regresar nuevamente al país por un tiempo indefinido. Ellos, si así lo deseaban, podían volver con todo y carro.
Esa era la única forma de importar autos usados, por lo menos hasta el primero de enero de este año, ya que el Comite de Asuntos Arancelarios y Aduaneros prohibió desde entonces incluso la importación de autos al regresar a territorio nacional. La medida hace parte de un convenio de complementación automotriz entre Ecuador, Venezuela y Colombia.

Un buen negocio
Hasta hace algo más de dos años las pautasa fijadas por el Instituto de Comercio Exterior (INCOMEX) eran flexibles de acuerdo con la política de facilitarle a los nacionales su regreso pronto al país. Sin embargo las buenas intenciones fueron acomodadas y muchos convirtieron la medida en un negocio rentable. Se descubrió que existían personas que contactaban colombianos residentes en el exterior quienes, mediante una comisión, facilitaban su documentación para poder ingresar los automóviles al país.
Esto hizo que los requisitos se ampliaran con el fin de frenar estas operaciones. Se exigieron entonces documentos visados por las embajadas de Colombia en Estados Unidos, que era el país donde más ocurría. Con todo y esto, los autos importados usados seguían siendo un negocio redondo.
Fue entonces cuando el Incomex empezó a exigir que el importador y dueño del automóvil se presentara varias veces ante el instituto con el fin de verificar que efectivamente regresaba. Pero así hubo quienes llegaron incluso a pagar pasaje y viáticos a los nacionales dispuestos a prestar su nombre y su cupo para vender el auto en el país.
El paso previo a la determinación final consistió en cancelar la visa de residencia en el exterior de la persona que decidiese regresar, a cambio de una visa especial que la reemplazara. Esto se estableció conjuntamente con la embajada estadounidense y redujo considerablemente la entrada de estos automóviles al país, pero no le puso un remedio definitivo a la violación de las normas implantadas. Con todo esto, el grupo de colombianos con doble nacionalidad seguía siendo el blanco de quienes comercializaban con este negocio.

Complementación automotriz
En vista de todas estas circunstancias Ecuador, Venezuela y Colombia firmaron un convenio de complementación automotriz y en él se estableció el compromiso de los tres países de no permitir la entrada de vehículos importados usados a sus territorios bajo ninguna circunstancia. Lo que quiere decir que ni siquiera los nacionales de estos países, residentes en el exterior y que desearan regresar podrían importar sus vehículos usados.
Leonardo Sicard, director del Instituto Colombiano de Comercio Exterior (Incomex) explicó que esta disposición fue necesaria para frenar el problema de corrupción , testaferros y tráfico de influencias, a la vez que se daba estricto cumplimiento a las premisas de complementación automotriz entre estos países. También reconoció que actualmente existen investigaciones realizadas por la Fiscalía y la Procuraduría con el fin de verificar si los colombianos llamados a rendir declaración juramentada en el pasado efectivamente se encuentran residiendo actualmente en el país, todo con la colaboración del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) y el Departamento de Extranjería.
El cuerpo diplomático es el único que bajo su legislación independiente y con los decretos 2148 de 1991 y 319 de 1993- pueden traer sus vehículos a su regreso.

La oferta no se acaba
Con esta nueva limitante se podría pensar que los concesionarios de autos usados y todos aquellos beneficiarios de este negocio, serían los primeros en protestar por la medida. Pero todo parece indicar que se han acoplado perfectamente.
Los concesionarios grandes, aquellos que mueven sumas de dinero considerables, con automóviles importados último modelo, ya están empezando a recibir este tipo de autos, vendidos durante los últimos tres años como parte de pago de otros modelos. Lo que ha hecho que el vacío, que se pensó iba a quedar después de la medida del Incomex, empiece a llenarse.
"La apertura ha permitido, entre otras cosas, que la facilidad de adquisición se dispare -comentó el dueño de una importante comercializadora-. Es muy fácil obtener crédito para comprar un auto. Hay para todos, el que quiere un auto importado completa el dinero con un crédito y no hay problema".
Antes de la prohibición, los autos usados se importaban desde Estados Unidos y Panamá, y todo parece indicar que todavía faltan algunos por llegar, como resultado de las licencias en trámite que quedaron aprobadas antes de la medida.
De cualquier forma, los negociantes de autos ensamblados en Colombia ya se empiezan a beneficiar con la medida, pues facilita su trabajo de comercialización, reduciendo la competencia que además es desleal, ya que parte de una reducción considerable en el pago de impuestos y aranceles al momento de entrar un auto al país.
Con la apertura y con la prohibición de importar carros usados, el negocio de los importados parece aún más promisorio y por partida doble.