VIAJE AL PARKINSON
Descubren peligrosa relación entre heroína sintética y el mal de Parkinson
El herpes, el AIDS, la drogadicción son preocupaciones permanentes de sociedades como la norteamericana, donde investigadores y médicos se devanan los sesos para frenarlos, atenuarlos o curarlos. Prácticamente todos los días se producen "nuevas revelaciones" que, paradójicamente, o alientan la esperanza o desatan el pánico.
En reciente edición, la revista Time trae una de esas noticias que ponen los pelos de punta. Se trata de un descubrimiento que establece una relación entre una heroína sintética que circula como pan en las calles de ciudades californianas y el mal de Parkinson. El jefe del departamento de Neurología del Santa Clara Valley Medical Center doctor J. William Langston, fue consultado un día cualquiera de julio del 82 sobre un caso, el de George Carillo, un adicto a la heroína de 42 años, que llegó al hospital convertido en una piltrafa humana.
Sacudido por fuertes convulsiones, incapaz de hablar y babeando, Carillo presentaba síntomas semejantes a los de la enfermedad de Parkinson, una enfermedad del sistema nervioso qué causa temblores y una pérdida gradual de la movilidad. Sin embargo, parecía poco plausible, pues ese mal raramente golpea a individuos menores de 50 años.
Utilizando sus dedos tiesos, Carillo garrapateó respuestas a interrogantes del médico, lo cual fue dándole algunas claves. Los síntomas aparecieron repentinamente después de que él y su novia, Juanita López, 31 años, habían ensayado una nueva heroína sintética. Aunque la droga les produjo una extraña sensación de quemadura cuando se la inyectaron y algunas alucinaciones, continuaron usándola durante tres días. Después, quedaron convertidos en unas especies de estatuas vivientes.
Con ayuda de algunos colegas Langston localizo a Juanita y la hospitalizó, no sin antes haberse enterado de que en otra localidad relativamente cercana, un neurólogo había encontrado dos casos similares: un par de hermanos, ambos adictos, con síntomas avanzados de Parkinson. Se lanzó la voz de alarma: una heroína de mala calidad estaba circulando en las calles. Era necesario que quienes sufrieran de temblores o entumecimiento se presentaran al centro médico. El llamado sólo produjo tres casos más.
Pero los siete casos llamaron la atención de las autoridades de control de la droga y de los investigadores del mal de Parkinson, quienes se unieron en la tarea de identificar el mortal ingrediente en muestras de la droga obtenida por la Policía. La labor se facilitó con la ayuda de un toxicólogo, quien recordó el caso de un estudiante que había desarrollado los síntomas de Parkinson después de inyectarse con un opiáceo hecho en casa. El estudiante había estado intentando producir MPPP, una sustancia similar al analgésico Demerol, pero había creado accidentalmente un químico parecido llamado MPTP, Langston pidió examinar muestras de la droga en la Universidad de Stanford y... la molécula MPTP estaba presente.
Mientras que las autoridades de salud se preocupan por casos adicionales de Parkinson inducido por la droga, y la Policía busca la manera de detener la venta de la droga que no es ilegal, los investigadores médicos apenas pueden contener su entusiasmo con el descubrimiento. Los trágicos casos en California pueden encerrar la clave para entender y tratar la enfermedad de Parkinson que padecen cerca de 350 mil norteamericanos y cientos de miles en el resto del mundo.
Durante años, la investigación sobre esa enfermedad había estado limitada por la falta de un modelo animal para probar nuevas drogas y tratamientos. ¿La MPTP induce el Parkinson en los animales? La respuesta es: no en ratas, pero sí en micos. "Es probablemente el más grande descubrimiento en esta historia", dijo uno de los investigadores. El próximo paso será averiguar cómo la MPTP produce este daño. Los médicos saben, desde los años 30, que el mal de Parkinson ocurre como resultado del deterioro de una pequeña región del cerebro de pigmento oscuro llamada substantia nigra. Esta región produce la mayor parte del suplemento de dopamina del cerebro, un químico vital en la transmisión de señales nerviosas. Normalmente, las personas pierden entre el 5 y el 8 por ciento de las células en esta región cada 10 años, sin serias consecuencias. Pero por razones que no están claras, la pérdida es más rápida en el caso de las víctimas de Parkinson; una vez que cerca del 80% de las células se mueren, aparecen los síntomas. El tratamiento usual es una droga llamada L-dopa, que se convierte en dopamina en el cerebro. Sin embargo, la eficacia de la droga disminuye después de años de uso.
El papel de la MPTP se clarificó. Los investigadores se dieron cuenta de que una vez que el químico entra en la corriente sanguínea, es convertido en otra molécula (llamada MPP+) que aparentemente ataca la substantia nigra como un misil guiado, ocasionando el daño que se encuentra en las víctimas de Parkinson. Experimentos posteriores mostraron que si la conversión de la MPTP a MPP+ fuera bloqueada con inhibidores químicos, un animal de laboratorio no desarrollaba síntomas de la enfermedad, aun si se le suministraban grandes dosis de MPTP. ¿Responderán los seres humanos a tal tratamiento? Por lo menos, una droga que bloquea el metabolismo de la MPTP, Deprenyl, está siendo empleada en Europa para tratar el mal en su etapas finales. Langston cree que si se emplea mucho más pronto, "el Deprenyl puede retardar el progreso de la enfermedad". Por esta razón ha solicitado a las autoridades permiso para probar su teoría en víctimas del mal de Parkinson.
La MPTP ha hecho pensar a los científicos que la mayoría de los casos de Parkinson son causados por la exposición a sustancias tóxicas similares a la MPTP. Los investigadores están buscando químicos de esa naturaleza en una región del Canadá, donde la incidencia del Parkinson es cinco veces mayor que en otras áreas y en la isla de Guam donde, hasta 1965, una de cada cinco muertes se debieron al mal de Parkinson. Mientras tanto, una Fundación para el Parkinson en Chicago se ha puesto en la empresa de enviar cuestionarios a 36 mil víctimas del mal en todo el país, preguntándoles las ciudades en las que han residido a lo largo de su vida, sus fuentes de agua y las industrias localizadas en un radio de 40 kilómetros, con el objeto de buscar evidencia en las condiciones ambientales.
Las autoridades de salud de California enfrentan el problema más inmediato que es el de qué hacer frente a la exposición de los adictos a la MPTP. Langston y un equipo de investigadores han determinado que más de 300 personas en el estado de California han usado la droga y que ésta aún se vende en las calles. Pero nadie sabe realmente lo que sucederá con aquellos que han consumido la droga. De 150 personas que la han usado y que han sido examinadas, cerca de la mitad han mostrado signos de Parkinson. Al respecto, Langston dice: "Debe haber por ahí gran cantidad de personas con la mitad de las células que supuestamente debían tener". En 10 ó 15 años, predice, si estos adictos continúan perdiendo células de la substantia nigra como parte del proceso de envejecimiento, California será el escenario de una epidemia de Parkinson. Un futuro ciertamente dantesco.--