Especiales Semana

¿Y después del título qué?

Ventajas y desventajas de los diferentes posgrados.

20 de mayo de 2002

Eduardo Mendoza es un joven analista de crédito de 26 años que estudió una carrera técnica en las noches mientras trabajaba de día en una importante entidad bancaria. Como él, hay miles de colombianos haciendo esfuerzos para obtener un título que les permita mejorar su calidad de vida y sus ingresos. A pesar de que tiene un puesto fijo y está contento en su lugar de trabajo la idea de realizar algún tipo de posgrado ha empezado a rondarle en la cabeza. Su meta es lograr un ascenso y poder trastearse de la casa de sus padres a un apartamento en arriendo. Sin embargo aún no ha decidido cuál es la mejor opción para cumplir su sueño. Los posgrados ofrecen desde maestrías y especializaciones hasta programas de educación continuada, como los diplomados, y él ha ido de un lado para otro buscando la alternativa que se ajuste a sus horarios de trabajo y al perfil del cargo que aspira desempeñar. “Lo importante es no dejar de estudiar para no estancarse y poder desempeñar otros cargos en la misma empresa. Creo que quien no se prepara no sale adelante”, dice.

Ante la pregunta acerca de cuál es el mejor programa para estudiar un posgrado hay diferentes respuestas. El punto clave, según los expertos, es mirar el potencial que tenga cada persona según el área en la cual se desempeña y mirar qué alternativas ofrece el mercado educativo. “Me parece importante decir que cuando una persona opta por un programa de este tipo generalmente está trabajando de tiempo completo o necesita que ese esfuerzo se vea reflejado de algún modo en su rendimiento”, dice Juan Carlos Cabrera, un abogado de la Universidad de los Andes, quien adelantó una especialización en gestión pública e instituciones administrativas mientras asesoraba la puesta en marcha del proyecto Transmilenio. Como se ve, su campo laboral iba de la mano con sus estudios de especialización y éstos, a la vez, fueron puestos en práctica en todo lo relacionado con la contratación pública y el manejo de procesos licitatorios.

Ahora bien. No siempre se puede pagar una especialización o una maestría y hay quienes —por razones presupuestales— escogen programas más cortos y económicos aunque igualmente compatibles con sus expectativas de formación. Mientras que una especialización o una maestría no baja de seis millones de pesos los cursos de educación continuada están por el orden de 1,5 y 2,2 millones de pesos en promedio. Según Carmen Mendoza, coordinadora de educación continuada de la Universidad Javeriana, “estos programas ofrecen un alto grado de especialización, es decir, atienden a las necesidades de los estudiantes pero además son más económicos. En el caso nuestro, tenemos en promedio entre 20 y 30 estudiantes por curso y las áreas preferidas son las de ciencias económicas, mercadeo e indicadores de gestión”.

Además de las posibilidades que ofrece la educación continuada en Colombia existen programas de especialización y maestría de excelente nivel académico y reconocido prestigio profesional. No sucede así con los doctorados, que más bien son escasos y poco conocidos, aunque se espera que poco a poco el país vaya mejorando su oferta en este campo. Sobre los estudios de posgrado a nivel de especialización o maestría hay que decir que, efectivamente, son más costosos y duran más pero también tienen ganada una muy buena reputación entre las grandes empresas del sector público o privado, que saben de la calidad de la educación impartida por prestigiosas universidades. Este tipo de programas no sólo exigen bolsillos más solventes sino que también resultan atractivos para profesionales de reconocida trayectoria que quieren mejorar sus conocimientos en un área específica y cuentan con el aval de su compañía y las facilidades de tiempo para hacerlo.

En últimas, lo que debe primar es el deseo que tenga una persona de mejorar su hoja de vida académica. Lo otro, es mirar con lupa las alternativas que a nivel de programas, instituciones y precios ofrecen las diferentes instituciones universitarias. A la hora de escoger posgrado son clave el factor económico, las facilidades que se ofrecen para que el interesado pueda combinar sus estudios con el trabajo y la compatibilidad entre lo que se estudia y lo que se hace de modo que el estudio no sea una carga sino una herramienta más para seguir progresando.