Foto cortesía del proyecto Esquina Redonda

Cultura

El Bronx: borrón y cuenta nueva

Hace cuatro años las autoridades desalojaron el Bronx, un sector que los medios describieron como el infierno en el centro de Bogotá. El único edificio que quedó en pie, Esquina Redonda, se convertirá en un “co-laboratorio” de creatividad y memoria.

28 de mayo de 2020

La semilla de lo que será Esquina Redonda nace de los mismos protagonistas del Bronx. Luego del desalojo mucho de ellos fueron a parar a las casas de apoyo del Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud (IDIPRON). En la de la Rioja, un grupo de jóvenes que estaba realizando su proceso terapéutico con la educadora Susana Fergusson, se interesó por averiguar qué había pasado con las otras personas.

“Susana me contactó y comencé a trabajar con ellos,” dice Andrés Góngora coordinador del equipo de curaduría del proyecto Esquina Redonda y curador de etnografía del Museo Nacional. “Les di unas pautas para la investigación, y ellos salieron a la calle a preguntar cómo estaba la gente. Los chicos del grupo Free Soul han sido el alma del proyecto.”

Con la información recolectada hicieron una cartografía social y, como el Bronx había sido demolido, construyeron una maqueta gigante para contar la historia del lugar. En el ejercicio de reconstrucción participaron unos 150 ex habitantes del Bronx que vivían en la Rioja.

Maqueta del Bronx

En 2017 el Instituto Distrital de las Artes de Bogotá (Idartes) le otorgó una beca al proyecto, y un año después se inauguró en el Museo Nacional la exposición “Historias de la “L” (como se le llamaba al Bronx). “La exposición fue exitosísima. Con el equipo de educación del museo capacitamos a los chicos para hacer de guías. Llegó mucha gente que había tenido que ver con el Bronx y contó su experiencia. Fue una cosa catártica que mostró el poder de los museos para generar diálogo, combatir estigmas y sanar,” explicó el curador.

Poco después, Góngora y los jóvenes de Free Soul se unen a los planes de la Fundación Gilberto Alzate Avendaño (FUGA) de crear un espacio de memoria en lo que será el Bronx Distrito Creativo: “una apuesta de ciudad, desarrollado desde la Alcaldía y la FUGA, que se convertirá en un espacio de convivencia, innovación, emprendimiento, cultura ciudadana y desarrollo sostenible, un lugar para las ideas y las nuevas oportunidades,” explicó Adriana Padilla directora de la FUGA.

“Sin embargo, era importante partir del reconocimiento, valoración y reflexión sobre lo que allí sucedió, para hacer de este distrito creativo un lugar estratégico que aporte a la revitalización del centro de la ciudad, sin olvidar su pasado y sin desconocer las múltiples voces que dan testimonio del lugar.”

Render de Esquina Redonda

En el proyecto trabajarán los jóvenes de Free Soul, la FUGA, el Museo Nacional, el Museo de Bogotá y el IDIPRON. “El Museo Nacional estará al frente de la reconstrucción de las vivencias, de la labor creativa y de memoria, y del Centro de Escucha que funcionará en el lugar. IDIPRON apoyará las sesiones de construcción participativa con jóvenes ex habitantes de la zona y las localidades de su entorno. El Museo de Bogotá promoverá la circulación de memorias en las diferentes localidades de Bogotá. Adicionalmente, liderará laboratorios creativos con habitantes y ex habitantes del Bronx, cuyos resultados circularán en exposiciones temporales,” dijo Padilla.   

“Esquina Redonda debe ser un lugar al que tienen acceso las poblaciones históricamente discriminadas, que además han sido segregadas de los espacios culturales,” explica Góngora. “Debe ser un espacio de diálogo donde la creación cultural sea una excusa para hablar de convivencia.”

El guion curatorial en el que están trabajando cuenta la historia de 200 años de vida callejera en Bogotá. Con obras del Museo Nacional, objetos encontrados en el Bronx, piezas construidas por habitantes de calle y residentes del barrio, videos, fotos, mapas, maquetas y relatos, se explicará cómo ha sido la vida de los habitantes de calle de Bogotá desde el inicio de la República hasta hoy.

Maqueta pequeña del Bronx

En el edificio retumbarán las voces y las historias de los habitantes del Bronx, pero también las de los demás residentes de la localidad de Los Mártires: los comerciantes, los artesanos, los ropavejeros, los cachivacheros, los trabajadores sexuales y los habitantes de calle que le dan a la zona su singular talante. La idea es contar la vida del lugar, su cotidianidad. Se hablará de violencia, de prostitución y de consumo de drogas, por supuesto. Pero también de los festivales de hip hop que se hacían en el Bronx, de por qué era el único lugar en el que cientos de bogotanos no se sentían discriminados, y de las dinámicas de compra y venta de Los Mártires.  

Uno de los históricos eventos en los que profundiza el guion, es la construcción de la Carrera 10. “Los historiadores la llaman la “gran cicatriz.” La 10 divide el centro, rompe la dinámica de ordenamiento espacial de la colonia y segrega las poblaciones. A partir de ahí comienza un proceso de deterioro urbano y marginalización de las poblaciones al occidente del centro, es decir, Los Mártires,” explica Góngora.

Pero la narrativa también se aventura en la botánica. “Uno de los proyectos en los que estamos trabajando junto con el Instituto Distrital de Patrimonio es la construcción de un herbario con las plantas que empezaron a crecer en el Bronx luego de la demolición de los edificios. Descubrimos que había muchas plantas medicinales. La que más nos sorprendió fue la “Consuelda,” una enredadera que sirve para curar huesos rotos. Es la más simbólica.”

Herbario del Bronx

La historia del edificio de Esquina Redonda

“Sobre el edificio sabemos que fue inaugurado en 1947 con fines residenciales y comerciales. En el primer piso funcionaban tiendas y lugares de esparcimiento en donde había rocolas y máquinas tragamonedas. En los pisos superiores habitaban familias que posteriormente por el deterioro de la zona tuvieron que desalojar y vender o arrendar sus inmuebles a comerciantes y habitantes del sector. Actualmente, es el único edificio que queda en pie del antiguo Bronx. De ahí su importancia para la memoria de la ciudad,” dijo Padilla.