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Accidente mortal

21 de marzo de 2009

Cuando Natasha Richardson se cayó el lunes en una pista de esquí para principiantes en un exclusivo hotel de Canadá, no había razones para creer que se trataba de algo delicado. Ella misma se levantó, dijo que estaba bien e incluso bromeó sobre su tropiezo. Pero horas después quedó inconsciente y no se recuperó. La hija de la actriz y activista Vanessa Redgrave y del director Tony Richardson, y esposa del actor Liam Neeson, murió un día después en un hospital en Nueva York, donde residía con su marido irlandés y sus dos hijos. Richardson, que nació en 1963, hacía parte de una de las dinastías actorales más importantes del Reino Unido. Comenzó su carrera profesional a los 4 años y se destacó en obras teatrales como Un tranvía llamado deseo, Anna Christie y Cabaret. Por esta última ganó un premio Tony, el equivalente a un Oscar en el mundo de las tablas. Aunque siempre cargó el peso de tener una familia muy exitosa, Richardson trató de desligarse del legado de sus apellidos para triunfar por cuenta propia. Los críticos reconocieron su versatilidad como uno de sus atributos principales. A raíz de la trágica noticia, Neeson, famoso por su papel protagónico en La lista de Schindler, decidió suspender su carrera, a pesar del éxito de su más reciente película, Taken.