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Adicto al sexo

29 de agosto de 2009

De los escándalos de Silvio Berlusconi por su debilidad por las mujeres se ha dicho de todo. Pero ahora es su esposa, Veronica Lario, quien ha decidido contar su historia en la nueva edición de su biografía Tendenza Veronica (Tendencia Veronica), escrita por la periodista Maria Latella y publicada originalmente en 2004. Según el texto, ella decidió divorciarse del primer ministro por sus mentiras: "No puedo ser su niñera ni tampoco puedo evitar que haga el ridículo ante todo el mundo... me separo de este hombre", dijo. Lario presenta a Berlusconi, de 72 años, como un adicto al sexo. Al parecer, sólo habría aceptado quedarse con él si ingresaba a una clínica para curar ese problema. Cuenta que la gota que rebosó la copa llegó cuando su marido fue a la fiesta de la jovencita Noemí Letizia, que cumplía 18 años. En esa oportunidad el mandatario le dijo que tenía que ir a Nápoles de urgencia para resolver un tema de basuras. "La enésima mentira", comenta, porque luego se enteró por los medios de "que había ido al cumpleaños de una adolescente cuando ni siquiera asistió a los de nuestros hijos". Este fue el punto final de una relación que empezó en 1980 cuando Berlusconi, que era casado, conoció a Lario, entonces una actriz de 23 años que lo sedujo en el teatro Manzoni de Milán, donde se presentaba semidesnuda.