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AMOR SIN FRONTERAS

21 de diciembre de 1998

Cupido es un eficiente canciller en el amor y sabe hacia dónde disparar sus flechas. Hoy apunta hacia los palacios de San Carlos y Nariño. En el primero está el ministro de Relaciones Exteriores, Guillermo Fernández de Soto, y en el segundo la asesora de viajes internacionales de la primera dama, Alexandra Kling. La semana pasada, durante un coctel en honor del Canciller en el Gun Club, se confirmó lo que muchos ya sospechaban: que la relación entre esta pareja, más allá de la diplomacia, invadió los terrenos del amor. Eso explicó también porqué el Ministro luce una cinta roja en su muñeca: se trata de una aseguranza que le dieron los indios arawacos cuando Fernández de Soto hizo ante ellos un solemne voto de amor.