Asombroso reencuentro

Su hermana Klara Blaier, hoy de 81 años, pensaba lo mismo, pues supo que sus padres habían muerto en el campo de concentración de Auschwitz. En octubre de 1944 ellas se vieron por última vez en el gueto de Budapest. Un día Hannah salió de su casa a buscar algo de comer y nunca regresó. Había sido capturada y llevada a Mauthausen, otro campo de concentración. Cuando la guerra terminó cada una se dedicó a buscar a la otra, pero los esfuerzos fueron en vano. En 1948 ambas se fueron a vivir a Israel, y aunque sólo las separaba una hora de distancia, nunca tuvieron noticias la una de la otra. Durante años la nieta de Hannah se obsesionó con encontrar pistas en el centro de Israel para el Holocausto mientras, por su parte, el yerno de Klara hacía lo mismo. Pero a comienzos de 2005, en el marco del aniversario 60 de la liberación de los prisioneros de Auschwitz, ocurrió el milagro. Hace unas semanas con motivo del aniversario, un nuevo sistema computarizado del centro encontró similitudes en los dos testimonios y el reencuentro fue una realidad. Sosteniendo la mano de su hermana, como para no perderla otra vez, Hannah dijo:"Esto sólo nos muestra que Dios no cierra todas las puertas".