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AY HOMBE!

Después de 15 intentos, Alberto "Beto" Rada logró consagrarse como el rey vallenato de la XXVI versión del Festival de la Leyenda Vallenata.

7 de junio de 1993

NUNCA ANTES EL PUBLICO HABIA ESTADO tan de acuerdo con el fallo del jurado encargado de coronar al rey vallenato. Sin duda alguna el pueblo, según muchos el jurado más calificado, tenía razón, el rey del Festival Vallenato no podía ser otro que Alberto "Beto" Rada Ospina, un acordeonero que llevaba 15 años luchando por la corona.
"Beto" Rada es un veterano en estas lides. Toca el acordeón desde que tiene ocho años y ha participado en cuanto festival se ha organizado en la Costa Atlántica. En 45 años de carrera artística ha acumulado más de 100 composiciones y 15 títulos que certifican que es un gran intérprete del acordeón. Aún así y a pesar de ser el artista que más veces se había presentado en el Festival Rada no había logrado convertirse en el rey vallenato.
Como cualquier acordeonero que se respete, Beto soñaba con convertirse en rey en Valledupar, y aunque en varias ocasiones estuvo a punto de lograrlo, siempre fue relegado a segundos y terceros puestos. En esta ocasión, Rada también tuvo contrincantes de renombre como Ciro Meza Reales y Orangel "El Pangue" Maestre, en quien recayeron las apuestas inicialmente. Sin embargo, desde que subió a la tarima "Francisco el Hombre", Rada demostró que era el mejor.
"Beto" es miembro de una renombrada dinastía. Hijo de Francisco "Pacho" Rada, reconocido compositor y autor de canciones tan apreciadas por los conocedores como "La lira plateña", aprendió la técnica de sacar las mejores notas al acordeón de su padre, quien tocaba en las noches, después de trabajar la tierra en su parcela en El Difícil, un municipio localizado a orillas del río Magdalena.
"Beto" comenzó a tocar el acordeón a escondidas. Lo descubrieron cuando a los ocho años, durante una parranda vallenata, desafió a su propio padre. Los espectadores incrédulos quedaron atónitos ante su presentación. Nadie creía que "El Negrito", como le decían cuando era niño, pudiera sacarle una sola nota al instrumento. Pero para sorpresa de los asistentes lo hizo mejor que muchos acordeoneros experimentados.
Rada nació por y para la música, no sólo interpreta vallenatos, puyas y sones, sino también porros y cumbias. Y cuando no está componiendo, cantando o tocando el acordeón, se dedica a arreglar los instrumentos que le llevan sus colegas.
A su vez, Rada es cabeza de otra dinastía de músicos. Uno de sus ocho hijos, Miguel, le siguió los pasos. Otro, Eliécer, es compositor y ya hizo nombre por su cuenta, artísticamente se le conoce como "El Cheche" Rada.
Se esperaba que como siempre, en la XXVI versión del Festival Vallenato hubiera polémica y arrojaran objetos a la tarima en son de protesta. Pero en esta ocasión, por primera vez en la historia del certamen, hubo pañuelos, pancartas y aplausos para celebrar el triunfo del mejor acordeonero que tiene el país.