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Castigo demócrata

La lealtad del gobernador Arnold Schwarzenegger con el Partido Republicano está siendo puesta a prueba.

30 de octubre de 2004

La semana pasada Arnold, quien nunca se ha caracterizado por ser prudente, confesó frente a un auditorio de 1.000 personas que su esposa Maria Shriver, miembro de la familia Kennedy, estaba furiosa por el discurso que el gobernador pronunció en agosto dando su apoyo a la campaña de George W. Bush. Según el actor convertido en político, la rabia de la demócrata Maria fue tal que decidió ignorar a su esposo. "Bueno, no hubo sexo durante 14 días, contó Arnold, todo tiene efectos secundarios". Para diversión del público, la diatriba continuó: "No sé por qué vi los debates presidenciales. Después de todo, para ver una discusión entre un demócrata liberal y un republicano sólo tenemos que salir a comer. Ellos (Bush y Kerry) tienen suerte, sólo tuvieron que hacerlo tres veces". Sobre la diferencia entre trabajar siguiendo un libreto y ser su propio jefe en la política tampoco dejó duda: "Cuando estás casado con mi esposa nunca eres tu propio jefe", declaró. Falta ver si después de semejantes indiscreciones el castigo de Maria se alarga unas cuantas semanas más.