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Sus proyectos más famosos incluyen la intervención al Pont Neuf de París y al Reichstag de Berlín, y ahora le llega el turno del lago Iseo, en Italia, desde junio de 2016.

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El monumental retorno de Christo

El artista, que desde la muerte de su mujer en 2009 parecía haberse retirado, regresa con una exhibición en noviembre y una intervención en 2016.

31 de octubre de 2015

Nadie cambia un paisaje como Christo. El artista búlgaro ha creado intelectual y materialmente obras que por su magnitud han marcado la memoria colectiva desde los años sesenta y han redefinido espacios urbanísticos. Y cuando su nombre sale a flote en alguna conversación, se recuerda de inmediato que en 1995 cubrió el imponente Reichstag de Berlín con 93.000 metros cuadrados de tela blanca.

La imagen del edificio vestido de ese modo todavía genera reflexión sobre la Segunda Guerra Mundial, sobre la caída del Muro de Berlín y, también, sobre el esfuerzo titánico que Christo desplegó para realizar esa obra. Le costó sangre, sudor y lágrimas y testimonia su inigualable persistencia. Le tomó 24 años lograr que las autoridades aprobaran su idea, que sonaba delirante, pero la espera lo fortaleció pues sus trabajos siempre fueron una labor de paciencia. Duró 32 años buscando permisos para intervenir un parque en Basilea, Suiza, 25 años instalar The Gates en el Central Park de la Gran Manzana, y diez años redefinir el Pont Neuf de París.

Pero considerando el esfuerzo que exigen sus intervenciones es injusto decir que son solo suyas. Muchas personas lo acompañan en el trabajo de planear y materializar sus visiones a niveles logísticos, burocráticos y artísticos. Eso sí, ninguna fue tan importante en su carrera como Jeanne-Claude, su pelirroja esposa, que jamás temió expresar su opinión. La marroquí, casada con Christo desde 1962 y que compartía su cumpleaños –zambos nacieron el 13 de junio de 1935-, murió en 2009 tras sufrir problemas cerebrales y dejó un hoyo profundo en el alma del artista. Muchos pensaron que el fin había llegado. Pero tras seis años sin su mujer y diez sin agitar la escena con su especial impronta, el maestro regresa. Organizó su primera muestra comercial en más de 50 años, que abrirá sus puertas el 6 de noviembre en la Craig Starr Gallery de Manhattan, en la que exhibirá algunos de sus primeros trabajos, y varias de las intervenciones arquitectónicas que hizo poco después de que él y Jeanne-Claude se instalaron en Nueva York poco después de casarse.

Pero también anunció que en junio de 2016 abrirá al público su proyecto The Floating Piers (Los muelles flotantes), que promete dejar boquiabiertos a quienes se asomen a Italia el próximo verano. La instalación tendrá lugar en la parte norte de la Lombardía, en el lago Iseo, a casi 100 kilómetros de Milán. Christo y su equipo transformarán el lago al instalar caminos hechos de 200.000 cubos de poliestireno de alta densidad cubiertos de tela amarilla que se inflarán en contacto con el agua pero no interferirán en su movimiento. Los visitantes podrán caminar sobre la instalación desde Sulzano, al sureste del lago, hasta las islas Monte Isola y San Paolo. Una vez todo termine, reciclarán los materiales.

Se espera que más de medio millón de personas hagan parte de la experiencia de 16 días que abrirá el 18 de junio. El proyecto cuenta con la colaboración del curador de arte italiano Germano Celant, quien al presentarlo destacó la importancia del arte del búlgaro y explicó por qué resulta tan atractivo: “El público hace parte del diálogo. Estos proyectos son una especie de sueño, uno que cualquier persona puede entender y en el que todos pueden participar”.

Y si el arte de Christo resultó importante en décadas anteriores, sus palabras denotan cuán necesario es en la actualidad: “No me gustan los computadores”, afirmó el artista al diario The New York Times, “los jóvenes pasan su tiempo pegados a sus pantallas planas donde todo es virtual y nada es real. Nuestros proyectos involucran cosas palpables, viento de verdad, sol de verdad, humedad de verdad, peligro y drama reales, y esto es supremamente vigorizante para mí”. Por fortuna, no solo es emocionante para él. Muchos esperaban que Christo regresara, y lo ha hecho, como bien sabe, a gran escala.