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CIEN LIBROS DE SOLEDAD

El editor de libros de lujo Benjamín Villegas completó un centenar de producciones tras dos décadas de titánica y solitaria labor.

9 de diciembre de 1996

Estudió arquitectura pero el diseño gráfico lo tenía metido en el alma desde su infancia, cuando jugaba a inventar periódicos en el Gimnasio Moderno. Tanto así es que recién ingresado a la Universidad, a los 18 años, fue llamado por la Esso para que diseñara el que iría a convertirse en el vocero cultural de la petrolera: la revista Lámpara. El cheque que recibió por ese trabajo fue el inicio de una carrera que hoy ha cosechado sus frutos después de 30 años de esfuerzo profesional en el campo del diseño editorial. Y es que en un país que poco lee y, por lo tanto, pocos textos consume, Benjamín Villegas se le midió a la tarea de explorar una fracción del negocio editorial tan exclusiva como arriesgada: la de los libros ilustrados de lujo. El primero de ellos lo diseñó en 1973, a petición de la Presidencia de la República, un libro sobre las relaciones colombo venezolanas que llevaba por título Dos naciones hermanas. De ahí en adelante, y por más de 10 años, se dedicó a diseñar libros por encargo para diversas empresas estatales y privadas, hasta que se dio cuenta de que había acumulado experiencia y capital suficiente como para iniciar sus propios proyectos patrocinados. Desde entonces los libros de Benjamín Villegas se han convertido en uno de los testimonios más elocuentes de la cultura y la vida colombianas. Lujosamente editados e impecablemente impresos, cada tomo es una pequeña joya de las artes gráficas, joyas que incluso han generado envidia entre casas editoriales tan prestigiosas como las mexicanas y las argentinas.Los paisajes de la geografía nacional, sus ciudades, su arquitectura, sus gentes, sus costumbres, sus fiestas, su gastronomía, su arte, su literatura, su historia, su ciencia... en fin, todas las expresiones culturales de Colombia han encontrado en los libros de Villegas una mirada sensible que ha sabido inmortalizarlas. Quizás por eso, aunque tienen buena demanda en el país, sus ejemplares casi siempre van a parar al exterior, al punto que la prestigiosa editorial neoyorquina Rizzoli, una de las mayores distribuidoras de libros de arquitectura y artes aplicadas en el mundo, comenzará a difundirlos, traducidos al inglés, desde el próximo año en las diferentes ciudades donde opera. Cuatro han sido las claves de su éxito en esta quijotesca travesía: exigencia editorial, investigación rigurosa, excelente fotografía y una calidad de impresión a toda prueba. Estas leyes no sólo le han permitido llegar a su producción número 100 _el libro Atavíos, una artística y audaz aproximación al origen de la moda en Colombia_, sino que lo han consolidado como el abanderado de la edición de libros de lujo en el país.