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COMO DOS GOTAS

23 de septiembre de 1996

Desde hace un tiempo los admiradores de Carolina de Mónaco comentan sobre el sorprendente parecido entre la princesa y su hija Carlota Casiraghi. La pequeña acaba de cumplir 10 años y no sólo es el vivo retrato de su mamá a esa edad, sino que está adquiriendo los mismos gestos y actitudes. Las dos adoran los caballos, ambas iniciaron desde muy niñas sus estudios de ballet y lo abandonaron a la misma edad. Carlota, quien escoge ella misma la ropa que va a lucir en actos oficiales, también parece identificarse con los gustos de su madre. La única diferencia entre madre e hija es que, luego de la muerte de Stefano Casiraghi, Carolina decidió seguir al pie de la letra el deseo de su esposo de que su hija tuviera una vida más tranquila y alejada del mundanal ruido y con frecuencia se ve a la princesa y su hija hacer mercado en la plaza del pequeño pueblo de la campiña francesa.