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Cuando salí de Cuba

El temerario rescate de su familia por parte de un piloto cubano es uno de los más duros golpes publicitarios recibidos por el régimen castrista.

25 de enero de 1993

LAS HISTORIAS CON FINAL FELIZ SIEMPRE atraen. Y más en estas épocas de buenos propositos. Por eso no es de extrañar que el piloto cubano Orestes Lorenzo Pérez se haya convertido en un héroe mundial después de rescatar a su familia de Cuba en un pequeño avión.
La historia tiene todos los ingredientes para un guión cinematográfico: acción, suspenso, riesgo, heroísmo y final feliz. Todo comenzó el 20 de marzo de 1991, cuando el ex mayor de la Fuerza Aérea Orestes Lorenzo Pérez escapo a Estados Unidos en un avión caza bombardero. Entonces, el ministro de Defensa cubano, Raúl Castro, lo desafió a que regresara a la isla si quería volver a reunirse con su esposa y sus hijos. Era la primera vez, desde el triunfo de la revolución en 1960, que un militar cubano escapaba en un avión de la Fuerza Aérea. Lo que no imaginó el hermano del dictador es que el piloto aceptaría el reto. En una acción que ha sido considerada como "el rescate del siglo", el sabado 19 de diciembre, sin más equipaje que un rosario colgado al cuello y un mapa de Cuba, Lorenzo realizó un audaz aterrizaje sobre una carretera y recogió a su familia. El rescate duró menos de un minuto.
Desde hace un año, cuando obtuvo el asilo político, Lorenzo inició una campaña para obtener el permiso del gobierno cubano para que su esposa y sus hijos salieran de la isla. A través de la Fundación Valladares solicitó ayuda de la ONU y del presidente Bush. Pero todo fue infructuoso. Entonces empezó a planear el rescate. Originalmente pensó realizarlo en helicóptero y aterrizar en el estadio de La Habana, pero la imposibilidad de adquirirlo lo llevó a intentar la aventura en un bimotor. A comienzos de este mes, Elena Diaz-Verson, una viuda cubana residente en Georgia, donó a la Fundación los 30.000 dólares para comprar un Cessna del año 61, de cuatro puestos.
"Te enviaré dinero para que compres un televisor" fue la clave que Lorenzo dio telefónicamente a su esposa Victoria para informarle que todo estaba listo. La siguiente frase le indicó la hora de la operación: "compré zapatos para los niños cinco y medio y seis y medio". Siguiendo las instrucciones que su esposo le había dado en una carta que le llevaron dos turistas mexicanas y que ella memorizó y quemó, al día siguiente Victoria y sus dos hijos -Reynel de 11 años y Alejandro, de seis-se ubicaron en la carretera a Varadero, a la altura de la playa de El Mamey, a esperarlo.
Cinco horas después -a las cinco y 43 minutos-, una avioneta comenzó a descender. En una temeraria acción, el piloto aterrizó esquivando un carro, un bus, un camión y una señal de tránsito. Victoria y sus hijos corrieron y abordaron la nave. "Tenía sólo 20 segundos para hacerlo -dijo después ante las cámaras de televisión. Por eso le dije a mi esposa que no me hablara ni me abrazara al subir a la avioneta. El despegue era el momento más crítico". Veinte minutos más tarde entraban en territorio estadounidense. "Un avión cargado de amor va en camino", fue la frase escuchada por los amigos que los aguardaban en la pista de Cayo Maratón, al sur de Miami.
El éxito de la operación no sólo asombró a los transeuntes que presenciaron la espectacular acción. También puso en evidencia la fragilidad del sistema de seguridad del régimen. Lorenzo entró y salió del espacio aéreo cubano sin ser detectado por la torre de control del aeropuerto internacional José Martí de La Habana. Por eso hay quienes no descartan que el viaje haya servido también como misión de espionaje. Dos veces en 20 meses, Orestes Lorenzo ha burlado los radares, volando a ras sobre el mar a lo largo de las 90 millas que separan el estado de la Florida de las costas cubanas. "Confiaba enquelosavionesMig-23 de la Fuerza Aérea (en uno de los cuales escapó hace año y medio) no me interceptaran porque buena parte de ellos están parqueados sin una gota de gasolina", señaló después.
La hazaña ha conmovido al mundo tanto como golpeado al régimen castrista. Al día siguiente, cuando se realizaron las elecciones municipales en Cuba, el triunfalismo mostrado por Fidel Castro -al anunciar que la población había acudido masivamente a las urnas como apoyo al sistema socialista- fue empañado por la noticia. El caso de una familia que a rriesgó la vida por salir de Cuba era el tema de conversación de los isleños y ocupaba toda la atención de la prensa internacional.