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CUESTA ABAJO

Varios escándalos sexuales y una extraña relación con traficantes de armas del Medio Oriente <BR>tienen al exitoso parlamentario inglés Jonathan Aitken a punto de ir a la cárcel.

22 de marzo de 1999

Hasta hace algunos meses el mayor escándalo político en la historia de Gran Bretaña era
el de John Profumo, el secretario de Guerra que en 1963 tuvo que renunciar a su cargo por haber mentido
sobre su relación con una prostituta. Hoy este famoso caso ha sido relegado a un segundo lugar debido a la
trágica historia de Jonathan Aitken, un exitoso parlamentario que se encuentra a punto de ir a prisión por los
delitos de perjurio y obstrucción de la justicia.
El origen de este incidente se remonta a 1995 cuando el periódico The Guardian acusó a Aitken de recibir
dineros provenientes de contrabandistas de armas árabes. Esta denuncia despertó el interés de varios
grupos políticos, que aprovecharon la oportunidad para poner en entredicho las estrechas relaciones que
mantenía el parlamentario con algunos líderes del Medio Oriente. Aitken contrarrestó prontamente el
ataque e interpuso una demanda por calumnia que en corto tiempo volcó la opinión pública a su favor.
Pero la alegría no le duró mucho. A las pocas semanas el diario reveló unas grabaciones telefónicas en las
que se demostraba que el político había mentido cuando aseguró que una cuenta del Hotel Ritz de París
había sido cancelada por su esposa, Lolicia Azucki, y no por un contrabandista árabe como sostenían sus
detractores. Para tratar de salvarse Aitken obligó a su hija Victoria a firmar un documento, redactado por él
mismo, en el que la adolescente relataba como ciertos varios acontecimientos que nunca habían ocurrido. La
coartada tenía demasiadas inconsistencias y en cuestión de días Aitken pasó del púlpito al banquillo de los
acusados.
Los tabloides, por su parte, decidieron atizar aún más el fuego y sacaron a relucir los numerosos affairs del
parlamentario. Uno de los más sonados fue el de Carol, la hija de Margareth Tatcher, el cual por poco le
cuesta el puesto a Aitken ya que la 'Dama de Hierro' nunca le perdonó que hubiera hecho sufrir a su hija. La
estocada final la recibió en enero pasado cuando unos análisis de DNA demostraron que él era el padre de la
hija adolescente de Soraya Khashoggi, ex esposa del traficante de armas Adnan Khashoggi.
Debido a esta serie de mentiras Aitken ha perdido su curul en el Parlamento, su esposa lo ha abandonado,
está quebrado y para completar le espera una larga condena en prisión. Como era de suponerse, esta
polémica historia tiene en vilo a más de un político británico pues en los círculos del poder ya se están
preguntando quién será el próximo en caer.