Del orfanato a la pasarela

La probabilidad de que Fior Méndez pudiera cumplir su sueño de ser modelo era casi nula, pues la joven vivía en el Orfanato Niños de Cristo en República Dominicana. Su madre la abandonó cuando tenía 13 años y, eventualmente, la niña perdió todo contacto con su familia biológica. Pero eso no le impidió soñar. Con talento y disciplina, Fior empezó a organizar desfiles en el orfanato hasta que un día un hombre conmovido con su historia le envió una carta para invitarla a la Gran Manzana. En cuestión de semanas, la joven pasó del anonimato a brillar en la Semana de la Moda de Nueva York. Desfiló en el segmento Harlem's Fashion Row, donde sobresalió por su porte y elegancia a pesar de que nunca lo había hecho profesionalmente. Ahora Fior vive en Estados Unidos, pero no olvida la casa que fue su hogar durante años: "Quiero que los niños vean que si se dedican a algo, lo lograrán".