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El artista Leopoldo Peñalosa se destaca en Estados Unidos con una obra inspirada en televisores mal sintonizados

9 de julio de 2001

Cuando la imagen de un canal de televisión entra mal o se distorsiona es común que la reacción inmediata sea cambiar a otro. A Leopoldo Peñalosa le sucede lo contrario, tanto que puede permanecer durante horas embelesado frente a la pantalla apreciando lo que él considera un festival de colores. Esas imágenes imprecisas, de figuras que se mezclan entre sí, las convirtió en su trabajo, en su propio arte, su gran pasión.

Con el nombre de ARTv este colombiano nacido en Pamplona realizó el mes pasado una novedosa exposición en el Instituto de Arte de Fort Lauderdale, cerca de Miami. Se trata de una serie de fotografías en las que las protagonistas son diversas imágenes sacadas del televisor cuando se daña. El éxito de su estilo ha sido tal que el público que asiste a las galerías en las que se encuentra la obra del colombiano, compartiendo escenario con otros artistas, no puede evitar detenerse enfrente de sus fotografías para tratar de descifrar lo que hay detrás de las distorsionadas impresiones.

Leopoldo recuerda cómo en 1993 surgió la idea de una casualidad: la señal de televisión no le entraba bien a su receptor Sony de 14 pulgadas que tenía cuando estudiaba comunicación social y periodismo en Bogotá. “La señora que me alquilaba la habitación no me dejaba conectar el aparato a la antena aérea. Hoy se lo agradezco”.

Desde entonces tuvieron que pasar algunos años, en los cuales se graduó, enseñó inglés, se radicó en Estados Unidos y posteriormente inició sus estudios de producción de video en Fort Lauderdale. En marzo de 2000, en el Instituto de Arte de la ciudad, decidió presentar un libro con bocetos de dibujos propios gracias a los cuales realizó su primera exposición, a la que llamó Estoy contento de que otra gente diferente de mi mamá esté viendo mi trabajo.

Esa experiencia le abrió muchas puertas y ante todo le dio la confianza para encontrar su verdadero estilo artístico, el que sin saberlo había descubierto siete años atrás gracias a un pequeño y viejo televisor de 14 pulgadas. Pero donde realmente hay que buscar los orígenes del ARTv es en los confusos dibujos que desde muy niño pintaba en las paredes de su casa, en los cuadernos del colegio, en los pisos y manteles y en una primera foto borrosa y mal enfocada que tomó a sus 10 años de edad. Su arte es producto de un autodidacta que probó suerte con la publicidad, los negocios y las comunicaciones pero que finalmente escogió la fotografía.

Empezó tomando las fotos sin la ayuda del trípode y por esto le era más difícil captar las imágenes nerviosas y titilantes de la pantalla. Luego optó por grabar con una cámara de video para así poder detenerse en el instante que considerara preciso. De esta manera dio vida a su ARTv.

Aunque en ocasiones su cámara no lo acompaña Leopoldo disfruta mirando los canales dañados como quien contempla el más hermoso atardecer. Por eso, a medida que ha perfeccionado su estilo, no se conforma únicamente con obturar sino que selecciona los más impactantes y extraños contrastes que de verdad representen un carnaval de colores.