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El dios de la taquilla

James Cameron, director de 'Titanic', 'Terminator' y 'Aliens', vuelve a revolucionar el cine con 'Avatar', un filme destinado a hacer historia y romper todos los récords. Esta es la historia del hombre del momento en Hollywood.

9 de enero de 2010

Cuando le estaba dando un último vistazo a Avatar, James Cameron vio algo que no le gustó. Los picos de las montañas flotantes no se veían como él esperaba. Le ordenó a su equipo que las cambiara de posición. "Para mí, mover una montaña no es nada", les dijo sonriente. Después de todo él es el creador del exuberante mundo de Avatar, la primera película en ser grabada con cámaras de 3D y la más cara de la historia del cine con un presupuesto que supera los 400 millones de dólares. "Sí, tengo complejo de dios", aceptaría Cameron en el canal MTV. "Mis creaciones son los mundos a los que doy vida en mis películas". El padre de Titanic, Terminator y Aliens ahora cosecha el éxito de su última creación, que en tres semanas en cartelera ha recaudado más de 1.100 millones de dólares en todo el mundo. El director está a punto de convertirse en el hombre de las dos películas más taquilleras de todos los tiempos.

Para Cameron no hay límites y siempre se supera a sí mismo. Sus películas están entre las más caras. Terminator II fue la primera cinta que costó más de 100 millones de dólares, y Titanic fue la primera en exceder los 200 millones. El director es conocido por su perfeccionismo y tiranía en el set. Trabaja 14 horas al día, rueda, edita, hace el maquillaje y los efectos especiales. Es a la vez artista e ingeniero, la peor pesadilla de los estudios porque siempre excede los presupuestos y se retrasa en la entrega. Pero al final Cameron triunfa.

Tiene el toque de Midas para la taquilla. Terminator costó seis millones de dólares y recaudó 80. La segunda entrega ganó 519 millones de dólares y cuatro premios Oscar; y Titanic es aún la película más taquillera de la historia, con 1.800 millones recaudados, y la más galardonada (11 estatuillas). "Las expresiones como 'no' y 'es imposible' prácticamente lo excitan", dice el actor Bill Paxton, quien ha trabajado con Cameron desde los años 80. En el caso de Avatar, la afirmación no podría ser más cierta.

Cameron imaginó en 1995 el mundo de Pandora, en el que se desarrolla su nueva cinta, pero su visión no se podía lograr con la tecnología de ese entonces. Por eso sólo 10 años después pudo desarrollar el sistema de cámaras especiales necesario. Además, creó el idioma Navi a partir de fragmentos de 30 palabras del dialecto maorí, que aprendió de una tribu en Nueva Zelanda. Diseñó toda la fauna y flora inspirado en las criaturas marinas que sólo se ven en los ambientes más hostiles y profundos del océano. Y, como un dios, creó al pueblo Navi con un toque personal. Todos son zurdos, como Cameron. "'Avatar' es lo más complicado que alguien ha hecho en el cine y la suma de todos mis logros personales".

Creció en el pueblo canadiense de Chippawa durante la Guerra Fría. "Su imaginación fue moldeada por ese período. Desde niño se obsesionó con el fin del mundo. Imaginaba mundos alternos, formas de escapar al caos, y eso se ve en sus películas", le dijo a SEMANA Rebecca Keegan, autora de su biografía The Futurist: The life and films of James Cameron.

Su carrera comenzó en California en los años 80, cuando diseñó la escenografía de un cortometraje financiado por un grupo de dentistas. Había llegado a Estados Unidos a los 17 años fascinado por 2001: Odisea del Espacio. Idolatraba a Stanley Kubrick y a Jacques Cousteau. Era un nerd que pasaba sus días en la biblioteca devorando libros de ciencia ficción y de efectos visuales, que dibujaba historietas y se dedicaba a construir artefactos. Antes de eso había estudiado física, luego se cambió a literatura porque quería ser escritor, pero cansado de la universidad tomó un trabajo como conductor de camión que le permitía escribir en su tiempo libre. "Cameron encontró espacio para sus dos amores en el cine: el arte y la tecnología. Viene de una familia de contrastes. Su padre es ingeniero y su madre es un ama de casa y pintora que fue miembro del ejército femenino canadiense. Él es la mezcla perfecta de esas influencias", le dijo a esta publicación el escritor y editor canadiense Trevor Hogg.

Cameron era un joven ambicioso y con poca experiencia que después una corta temporada como escenógrafo ya quería ser director. Ante su insistencia, su jefe le consiguió un trabajo para dirigir Piraña II, un filme de terror de bajo presupuesto del que Cameron fue despedido dos semanas después. El productor le dijo que su trabajo no servía para nada. "Pensé que había fracasado", recuerda Cameron. "Pero una noche soñé con un robot despedazado que se arrastraba mientras perseguía a una muchacha aterrorizada". Así nació Terminator, una historia que el canadiense vendió por un dólar con la condición de que lo dejaran dirigir.

Mientras Cameron se hacía famoso con películas como Aliens II, las secuelas de Terminator, El Abismo, True Lies y la exitosa Titanic, su reputación de dictador también crecía. Kate Winslet dijo que casi se ahoga durante la grabación de Titanic porque Cameron quería una reacción realista, que se había roto un hueso y había pasado la mayor parte del tiempo llena de moretones. "La única forma en que volvería a trabajar con él sería por mucho, mucho dinero", dijo. Al actor de Avatar Sam Worthington lo golpeó con un palo de hule para que pareciera asustado durante una escena de acción. Es altanero incluso con los ejecutivos de los estudios, y en el set sólo se hace su voluntad. Pero también es una especie de caballero que se compromete con la excelencia. "Uno mismo dibuja su camino al éxito", dice Cameron. "Intento vivir con honor lo que hago, no importa si me cuesta millones de dólares y me lleva mucho tiempo".

Cameron se ha casado cinco veces, según dice en busca de la compañera ideal. "Soy un perfeccionista, así que trato hasta que lo logro, y eso hice con mis matrimonios". Su primera esposa fue una mesera y su inspiración para Sarah Connor, la protagonista de Terminator. "A Jim le encantan las mujeres fuertes, le gusta escribir acerca de ellas y le gusta casarse con ellas", dice William Wisher, su mejor amigo y guionista de sus películas. "El éxito de Cameron está en que mezcla estos personajes fuertes y emocionales con el espectáculo de la tecnología", le dijo Hogg a SEMANA. "Es la fórmula de 'Titanic' y la que ahora repite con 'Avatar'".

Mientras el éxito de la cinta sigue creciendo, muchos especulan si alcanzará los históricos récords de la célebre historia del naufragio. Jeff Bock, analista de taquilla estadounidense, dijo en conversación con esta revista que es muy posible. "En pocas semanas 'Avatar' ha tenido un éxito sin precedentes. Si hay alguien que puede 'hundir' al Titanic es su propio capitán, y si es así se convertirá en el director de las dos películas más taquilleras de la historia. Si lo logra, estará en la cima del mundo". El siguiente reto de la cinta será en los premios Oscar. Y aunque la marca de 11 galardones parece difícil, si hay una persona que pueda lograrlo, ese es James Cameron.