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El Factor "O"

El 'talk show' de Oprah Winfrey, la mujer más poderosa del mundo del entretenimiento, cumple 20 años al aire como el más visto en Estados Unidos.

12 de febrero de 2006

Ni ella misma imaginó cuando pequeña, que lograría alejarse de la miseria y la tragedia en que se crió, en el pueblo de Kosciusko, Mississippi. Que en vez de jugar a entrevistar a su muñequita hecha con una tusa de mazorca, los actores, los músicos y los políticos más importantes del mundo, como Tom Cruise, George W. Bush y Nelson Mandela, estarían ansiosos y entusiasmados de asistir a su programa, como ha ocurrido durante los últimos 20 años. Pero, ante todo, jamás pensó que sería una de las mujeres más ricas del mundo, con una fortuna estimada en 1.400 millones de dólares. Sus compañeros de colegio la apodaron la niña costal de papas, ya que su madre, que trabajaba como empleada del servicio en casas de blancos, le había confeccionado un humilde overol con ese material. Desde los 9 años fue violada y acosada sexualmente por miembros de su propia familia. A los 14, después de su dura infancia, se convirtió en una adolescente problemática y con tendencias adictivas. Quedó embarazada y tuvo un bebé prematuro que murió sólo días después del alumbramiento. Este episodio la llevó a irse a vivir con su padre en Nashville y dedicarse a sus estudios. Su meteórico ascenso comenzó tres años más tarde, cuando ganó el título de Miss Black Tennessee y comenzó a trabajar durante algunos meses en una emisora local en la que leía las noticias. Ingresó a la Universidad Estatal de ese estado para estudiar oratoria y artes escénicas y a los 19 años se convirtió en la más joven, la primera mujer y la primera persona de color en presentar las noticias del canal de Nashville Wtvf-TV. Luego se trasladó a Chicago para seguir trabajando como reportera y presentadora en canales locales. Su sentimentalismo y emoción al dar noticias, o hacer entrevistas, la convertían en una periodista poco objetiva. Pero lo que podía parecer una falta de seriedad y una actitud que acaba con la neutralidad que se espera de los periodistas, se transformó en su arma más fuerte. Y por eso la escogieron los productores del magazín People are Talking, que condujo durante ocho años. En 1984, a los 30 años, pasó a presentar el talk show AM Chicago, en el que rápidamente conquistó la audiencia, a pesar de competir en el mismo horario con el show de Phil Donahue, quien ya era un personaje reconocido y con buen rating. Oprah utilizaba una técnica similar a la de su competencia, pues trataba en cada programa un tema diferente de la vida real, presentando casos, personajes e interactuando con el público. Pero el Factor 'O' no tardó en hacerse notar. No sólo era una mujer de temperamento fuerte, afroamericana y con problemas de obesidad, lo cual ya eran características que la diferenciaban de cualquier personaje de televisión en aquel entonces, sino que estaba dispuesta a compartir sus experiencias y sus fuertes historias personales. Esto la humanizaba ante su audiencia, que se veía reflejada en ella. Pronto el espació dejó su nombre genérico para convertirse en el Show de Oprah Winfrey. Y ella dejó de ser una presentadora más, para convertirse en un fenómeno que nadie ha logrado detener. En 1985 actuó en la película de Steven Spielberg El color púrpura y un año más tarde fue nominada al Oscar por este papel. Meses después creó su propio estudio Harpo -su nombre al revés- y éste pronto fue creciendo para convertirse en la compañía que es hoy día. Harpo produce películas y programas de televisión, edita libros y revistas, maneja el canal Oxygen creado por Oprah y además administra las múltiples fundaciones de caridad que maneja "la reina de los 'talk shows'". Muchos se preguntan cómo una mujer que no tenía nada, ahora tiene el mundo a sus pies. La revista Forbes la nombró la celebridad más poderosa y la novena mujer más influyente del mundo de este año. "Ella tiene esa tenacidad para sobrevivir que no permite la mediocridad dentro de la gente de color, quienes en general debemos trascender, especialmente la mujeres negras", dijo a SEMANA la doctora Doreen Loury, especializada en imágenes afroamericanas dentro de los medios y profesora de la Universidad de Arcadia en Filadelfia. El interés, el respeto y la admiración que tiene Oprah se deben no sólo a ser el epítome del 'sueño americano', una mujer que ha logrado todo lo que se ha propuesto por sus propios medios, sino por ser alguien que se involucra y apoya causas liberales y nada contra la corriente. A sus 51 años no se ha casado, aunque lleva 20 años viviendo con su compañero Stedman Graham, a pesar de que Estados Unidos es un país conservador en donde se maneja la idea de que la institución del matrimonio es uno de los pilares de la sociedad. Además, siempre declaró que no tendría hijos. Nadie más que ella puede darse el lujo de tener 50 millones de espectadores cada día, de ensalzar o acabar con alguien si así lo desea, de manejar los listados de popularidad de libros y música a su antojo, porque la palabra de Oprah es la palabra del pueblo. Sólo ella es ególatra y al mismo tiempo humilde, millonaria y caritativa, y la mujer más fuerte que no le teme a llorar o patalear ante todo un país.