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Luly Bossa lanzará su libro este miércoles 23 de septiembre en una conversación con Alejandra Azcárate. | Foto: Archivo SEMANA/Laura Ardila.

ENTREVISTA

“La avidez por verme teniendo relaciones sexuales era de todos los estratos”

Luly Bossa, la reconocida actriz que sufrió la humillación de un país después que su exnovio filtró un video íntimo, acaba de publicar ‘Fuego entre las piernas’, su historia de vida. Hablamos con ella.

23 de septiembre de 2015

De Luly Bossa se han dicho muchas cosas (y ha sido fácil juzgarla), pero no se podría decir que es una mujer frágil. La abandonaron los dos hombres que la dejaron embarazada. Su hijo menor (que estaba en su vientre cuando estalló el escándalo que todos conocemos) nació con distrofia muscular y después de varios accidentes decidió no volver a caminar, y el mayor ha tenido problemas de adicciones.

Eso sin contar los problemas económicos que suele haber en el gremio de los actores. Y bueno, casi se podría obviar la referencia al video íntimo que filtró un exnovio y que una periodista publicó en televisión, “un abismo al que apenas ahora empiezo a encontrarle fondo”.  

Esos episodios, sumados a la fama, le han pasado una cuenta de cobro cara, pero ni eso ni nada parece ser suficiente para quebrar su sentido del humor, su valentía y su fe.

“Sí, una deshumanizada periodista había sacado a la luz el video, pero era él (su novio) quien no me había protegido, era él quien se había tomado el trabajo de editar una filmación en la que tenía relaciones sexuales con una mujer que supuestamente había sido su novia por cuatro años, para seguir con otra y luego con otra. (…) ¿Por qué no pensó que al no proteger esta vagina (la mía) yo podría ser objeto de burla y escarnio público, pero que también él vino a este mundo a través de otra vagina, que era la de su madre?”.

Esa pregunta aún está en el aire, así queda plasmada en el libro que acaba de publicar, Fuego entre las piernas, un título que a primera vista –prejuzgando– suena provocador y atrevido pero que para Luly tiene que ver con el “poder purificador del fuego”.

El apetito por husmear vidas ajenas lo satisface este libro, pues Luly deja ahí la piel, lo dice todo. Además de elementos autobiográficos, hay autocríticas, denuncias y reflexiones que desnudan una vida marcada por la traición, la hipocresía y los fracasos amorosos, pero también por la fortaleza emocional y espiritual.  

“Las salidas a la calle se volvieron una tortura, entraba a un sitio y automáticamente las miradas se enfocaban en mí; yo era ese oscuro objeto del deseo para unos (supe de banqueros yupis de los más encopetados reunidos con sus compañeras de trabajo para mirar el video), otros lo compraban para masturbarse, otros para tener relaciones mientras lo miraban, mientras me calificaban morbosamente de perra. La avidez por verme teniendo relaciones sexuales era de todos los estratos”, relata la actriz barranquillera sobre los efectos de ese video que burló su intimidad y pisoteó su dignidad.

Pero, como siempre, Luly se mantuvo fuerte: “No saben lo difícil que es rendirse, debe ser por la autosuficiencia que nos caracteriza a los seres humanos”, dice en un aparte del libro.

Hoy, después de ocho años de no haber estado con un hombre (en ningún sentido), Luly, sola, está más firme que nunca. En una soledad que disfruta y cuida. Trabaja por criar y mantener a sus dos hijos y por no repetir los errores que tantas lágrimas le han sacado.



Twitter: @miguelreyesg23