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James Rodríguez brilló en 2014 , tuvo un 2015 complicado y empezó 2016 con la fuga a la Policía en su auto, un episodio que encendió las alarmas sobre su comportamiento. | Foto: Aop Press / AP

FUTBOLISTA

La misión de James: salir de la turbulencia

Después de un episodio policial por exceso de velocidad, James Rodríguez debe decidir si enfocarse en su profesión o sucumbir a las tentaciones ligadas a jugar en un club tan glamuroso.

9 de enero de 2016

El 2014 de ensueño para James Rodríguez, en el que brilló en el mundial y empezó con pie derecho su carrera en el Real Madrid, parece una memoria distante. Para nadie es sorpresa que el colombiano tuvo un 2015 complicado. El cambio de Rafa Benítez por el italiano Carlo Ancelotti en el banco técnico del Real Madrid, en junio del año pasado, repercutió en su rol en el club y en su continuidad, pero en su declive influyeron las lesiones y un factor que históricamente amenazó a los talentos colombianos. “Hay quienes consideran que ha sucumbido a los encantos de las fiestas nocturnas”, aseguró a SEMANA Montse García Bea, autora de James Rodríguez, el vals de Colombia, la más reciente biografía publicada del colombiano. Para García, el futbolista está a tiempo de frenar la vorágine en la que puede verse envuelto pues, por donde ha pasado, “se ha caracterizado por tener la cabeza amoblada, alejarse de las banalidades del mundo del fútbol y tener una vida centrada”.

Tristemente, apenas empezó 2016 surgieron nuevos motivos de angustia. El 1 de enero, James causó una tormenta mediática tras protagonizar un incidente al manejar su Audi 8 a 200 kilómetros por hora en la autopista M-40 de Madrid (cuyo límite es de 120) y, peor aún, al escapar del control policial. Sus contradictorias explicaciones (volumen de la radio, miedo a un posible secuestro) dieron fuerza a la idea de que el éxito se le había subido a la cabeza y se había ‘perdido’. Por la doble infracción deberá pagar multas por 50.000 euros y enfrentar un juicio que probablemente le impedirá conducir por un año. El incidente sucedió justo cuando el Real Madrid guillotinó el mandato de Benítez y nombró director técnico y ‘salvavidas’ a Zinedine Zidane, el francés más entrañable en la historia del club.

Este podría ser un momento crucial para el colombiano. Más allá de lo que pase en la cancha bajo Zidane, James ya se benefició del cambio. La salida de Benítez disipó la atención que apuntaba en su dirección tras el reprochable episodio y por su ausencia en la titular. Y porque la llegada de Zidane alimenta la esperanza de que las cualidades de las estrellas florezcan de nuevo y se vea en la cancha un equipo, no una suma de costosas figuras. Jorge Valdano, campeón de México 1986, exjugador, exdirector técnico y exdirigente del Real Madrid, aseguró a SEMANA que Benítez atropellaba a sus jugadores con su esquema militar y acabó con la confianza en el vestuario, ese factor único que, en sus palabras, “lleva al talento hasta el límite de sus posibilidades”.

Rodríguez tiene 24 años, mucha carrera por delante y, más allá de su fructífero camino, tiene bastantes lecciones por aprender. No es más o menos humano que Zizou, su nuevo técnico, e impulsivo ídolo de infancia. De hecho, por sus características con el balón, muchos los comparan. Entre ellos Valdano que considera al 10 “un pichón de Zidane”. Pero las circunstancias los diferencian. Rodríguez llegó varios años más joven a un Real Madrid que, además del enorme peso de su camiseta, ha tenido que lidiar con la continuación de la etapa más gloriosa de su rival histórico, Barcelona, un club que desde 2009 lo ha eclipsado en títulos y notoriedad.

Expectativas de peso


James llegó a la cumbre demasiado pronto y estalló en la escena mundial en un cortísimo lapso de tiempo. Acostumbró mal a los colombianos con seis goles en Brasil 2014 y a los hinchas del Real Madrid con 17 tantos y buenas actuaciones en su primera temporada, cuando la norma es que el primer año sea un suplicio. El rápido ascenso llevó a James a vender miles de camisetas, a convertirse en modelo de ropa interior y rostro de proyectos de finca raíz, entre otras actividades extrafutbolísticas. Existía la posibilidad de que tanto reflector lo mareara. Al parecer, sucedió.

Por eso James, ese millonario, talentoso y joven jugador de fútbol, siente ahora el escrutinio de la prensa de Madrid, que sigue milímetro a milímetro los pasos del club más grande del mundo. Costó 80 millones de euros, un monto que lo obliga a ratificar su excelencia en cada partido, entrenamiento y aparición. También debe lidiar con la fanaticada colombiana, impaciente con una selección que necesita reinventarse pronto y le exige liderazgo además de genialidad.

A ese respecto, Valdano es contundente en afirmar que no se le puede pedir a un ‘chico’ de 24 años que se imponga en un camerino plagado de estrellas y también ofrece un dato que puede moderar los ataques que recibe a nivel local: “Llevo 40 años en este y no he visto nunca un líder con menos de 27 años. No le pidamos al jugador lo que todavía no es exigible”, concluyó.

El entorno no parece ayudar. En el camerino del Real los autos Audi de la más alta gama son un regalo mínimo anual. La escena parece paradisiaca pero pone a prueba a cualquiera, en especial a un joven. Las tentaciones son de elite y llueven las distracciones más seductoras. Sobre el tema, García Bea asegura: “James puede haberse visto influenciado no solo por el nivel de vida de otras estrellas del club sino por todo lo que conlleva ser jugador del Real Madrid como centro de atención. Depende de él que sepa lidiar con todo lo superfluo del fútbol para que no influya en su carrera y llegue a ser el jugador que ha prometido ser por su rendimiento”. Cristiano Ronaldo, con su estilizado culto a la personalidad, o Karim Benzema, con los líos judiciales que lo sacaron de la selección francesa, no son puntos de apoyo. Y el debilitamiento de referentes del vestuario como Sergio Ramos y la partida de un ícono como Iker Casillas han dejado un vacío difícil de llenar.

Como medida posible, Jorge Valdano planteó a SEMANA que James “tiene que entrenar como si fuera un principiante, jugar cada partido como si fuera el último y, cada año, exprimir su talento con un poco más de madurez. Tiene que mostrar una conducta profesional, irse a su casa después de cada entrenamiento y partido sin reproches y lo demás dependerá de un talento que le sale por los poros”.

Y aunque hacer pronósticos definitivos es prematuro en una coyuntura en la que los fuegos artificiales han dado paso a las dudas, tanto Colombia como el Madrid y el mundo del fútbol esperan que cumpla su potencial y aproveche esta nueva etapa en su carrera y esta oportunidad de alejarse del lado oscuro de la fama.

Bien lo afirma Valdano, campeón del mundo en 1986, “Cuando la puja entre Messi y Ronaldo termine, James está llamado a disputar el Balón de Oro con Neymar y Eden Hazard”. Bea García por su parte es contundente: “Se habla de Bale como el reemplazo de Cristiano Ronaldo como eje del Madrid. Considero que James podría cumplir mejor dicho rol. Tiene todo a su favor para lograrlo: juventud, experiencia, talento y margen para seguir creciendo. Ahora depende de él. Si quiere seguir la estela de jugadores como Messi, Cristiano o Neymar, deberá centrarse en el fútbol y alejarse de toda distracción que siempre ha evitado”.