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EL HOMBRE DEL TIO SAM

En la era del revolcón, los Estados Unidos designan a un hombre de la vieja guardia para su embajada en Colombia.

28 de octubre de 1991

EN EL MUNDO DE LA DIPLOMACIA LOS RELEvos son parte de la rutina. Por eso a nadie le extrañó que los Estados Unidos reemplazaran a su embajador en Colombia. Pero el reemplazo, a diferencia de los anteriores, tuvo lugar en un momento en el que el país vive una situación muy particular. Con Pablo Escobar y los hermanos Ochoa en la cárcel, una nueva Constitución y una reducción en la ofensiva terrorista, las relaciones entre Colombia y los Estados Unidos también parecían necesitar un revolcón.

Para esta nueva era, el Departamento de Estado ha designado en el cargo a un hombre de peso, cuya nueva función significa más que un simple ascenso rutinario. Se trata de Morrys Busby, a quien le ha tocado el turno de asumir uno de los cargos menos apetecidos de la diplomacia norteamericana.
No es el diplomático de carrera que cumple con un obligado itinerario por la zona de su especialidad. Es un funcionario ligado al Consejo Nacional de Seguridad y especializado en anti-terrorismo, muy cercano al presidente Bush y a su secretario de Estado, James Baker, con una trayectoria que lo califica como experto en asuntos latinoamericanos.

Oficial de la fuerza naval norteamericana durante 15 años, Busby es excombatiente de Vietnam y funcionario del Departamento de Estado desde 1973. En su hoja de vida figuran cargos como los de embajador itinerante para Latinoamérica durante los últimos cuatro años, ministro consejero de la embajada de México entre 1984 y 1987 y subsecretario de Estado para asuntos interamericanos.

Los dos últimos cargos Director de la Oficina Especial para supervisar el programa a la resistencia de Nicaragua y coordinador de anti-terrorismo en el Departamento de Estado definen su perfil dentro de la diplomacia norteamericana.

Busby es un agudo conocedor de los temas de América Latina y ha seguido de cerca sus conflictos. Su nombramiento ha sido interpretado como una clara continuidad de la política que los Estados Unidos han diseñado para Colombia en los últimos años, dentro de la cual los focos centrales de atención han sido la guerrilla y el narcotráfico. Al igual que sus inmediatos antecesores -Lewis Tambs y Thomas McNamara -el nuevo embajador hizo su principal escuela diplomática y consolidó su carrera en Latinoamérica bajo la línea de pensamiento Reagan.

Por eso, lejos de que el nombramiento de Busby represente un viraje de fondo en la política internacional norteamericana frente a Colombia, lo que significa es la prolongación de la llamada