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El jefe

Después de décadas de jefes naturales mayores de 60 años, el Partido Conservador pone su reconstrucción en manos del joven ex ministro Jaime Arias.

22 de febrero de 1993

FUERON VARIAS DECADAS DE JEFES NAturales, en la mayoría de los casos ex presidentes de la República de 60 o más años. Ahora el Partido Conservador acaba de elegir presidente a un representante a la Cámara de 47. Jaime Arias Ramírez, indiscutible líder de los azules en la Cámara Baja, fue ungido por sus correligionarios después de la convención que estos celebraron a fines del año pasado y en la cual, aparte de quitarle el mote de "Social" a su agrupación política, pretendieron liberarla del yugo divisionista a que la sometieron durante por lo menos dos décadas Alvaro Gómez Hurtado y Misael Pastrana Borrero.
La tarea de Arias no se ve fácil. Se trata prácticamente de reconstruir al partido y, si es posible, de reconquistar para el el poder. El primer paso es reunificarlo, desafío grande, pues a pesar de que la convención pasada contó con el respaldo de 50 de los 64 parlamentarios azules, la verdad es que la Nueva Fuerza de Andrés Pastrana no da muestras de querer regresar al redil. Y aunque el ex alcalde de Bogotá no tiene muchos congresistas, lo que es indiscutible es que tiene mucho más respaldo de opinión que cualquiera de los otros presidenciables azules.
El segundo objetivo de la jefatura de Arias es consolidar a su partido como primera fuerza de lo que ellos llaman "oposición constitucional" -por contraste con la oposición armada- y hacer que el conservatismo actúe como tal frente a la administración del presidente César Gaviria.
La tercera meta, al frente de la cual se encuentra el nuevo vicepresidente del partido, el ex ministro Hernán Beltz Peralta, es convertirlo en una verdadera empresa al estilo de agrupaciones de otros países, con fondos, sedes en todas las zonas del país y un manejo integrado de lo que podría llamarse su imagen corporativa.
Arias es un médico de la Universidad Javeriana que nunca ejerció dicha profesión. Hizo cuatro años de administración pública en Harvard y desde los 19 años -cuando por primera vez se hizo elegir para una corporación pública- ha estado en la política activa. Tres veces concejal de Bogotá, tres veces representante y dos senador, Arias ocupó además las carteras de Educación y Salud en tiempos de Belisario Betancur.
Casado y con tres hijos, de nueve, siete y cinco años, la única afición que lo saca de la política es montar a caballo, hobby por cuenta del cual debió someterse hace pocas semanas a una operación de columna.
Ese es el perfil del hombre que tiene sobre sus hombros la responsabilidad de resucitar al Partido Conservador. Su mayor desafío es quizá que se trata de una procesión sin santo, ya que si bien Arias y sus amigos no quieren por ahora hablar de candidaturas, ese es justamente el tema que esta sobre el tapete a apenas 15 meses de las elecciones presidenciales.