El lado oscuro de la moda

Gracias a la BBC la semana pasada Milán dejó de ser el centro de la moda para convertirse en el centro del escándalo. En una emisión especial el periodista inglés Donald MacIntyre mostró el resultado de su largo periplo por las pasarelas de la alta costura. Durante un año el reportero se hizo pasar por fotógrafo y su compañera Lisa Brinkworth se presentaba como modelo. Amparados por el anonimato la pareja de sabuesos se inmiscuyó en el agitado mundo del glamour y descubrieron que, en algunos casos, la belleza sólo es una máscara.

El protagonista del escándalo es Gerald Marie, presidente para Europa de la casa Elite y ex esposo de la modelo Linda Evangelista, quien fue grabado mientras le ofrecía a Lisa 480 dólares por acostarse con él. Las imágenes fueron tomadas con una cámara secreta que también filmó comprometedoras escenas en las que varios ejecutivos de la firma hacían comentarios eróticos sobre las aspirantes al concurso Elite Model Look, cuya edad promedio es de 16 años.

Según MacIntyre, en algunos casos los managers de las jóvenes las obligan a consumir drogas y a prostituirse bajo la amenaza de que si no lo hacen jamás llegarán a ser supermodelos. Para comprobarlo los periodistas asistieron a fiestas privadas en las cuales, una vez más, la cámara indiscreta hizo de las suyas.

Como era de esperarse, el escándalo sacudió los pilares de Elite, la prestigiosa agencia que representa a Naomi Campbell y Cindy Crawford. Por lo pronto los directivos han suspendido de su cargo a Marie y es probable que en las próximas semanas se inicie un proceso en su contra.

Las casas italianas, por su parte, han montado en cólera y afirman que las denuncias de la BBC hacen parte de un plan para desprestigiar las pasarelas de Milán y darle más vuelo a las londinenses.

Con este incidente concluye un año lleno de altibajos para el mundo de la moda, que tuvo su primer golpe con las dramáticas revelaciones hechas por Kate Moss, quien confesó que su carrera había estado llena de excesos de droga y alcohol hasta el punto de que jamás desfiló sobria.

Pese a que la BBC goza de gran credibilidad, lo cierto es que los métodos empleados por MacIntyre han generado una gran polémica ya que al ocultar el equipo no fue sincero e imparcial con el entrevistado.

Ante la presión de los medios y la mirada implacable de la sociedad las demás agencias han optado por curarse en salud y han comenzado a examinar con lupa a sus empleados para evitar que, por sus malas mañas, las futuras Claudia Schiffer se les evaporen de las manos.