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EL LEGADO DEL MAESTRO

Con la muerte de Stanley Kubrick el cine pierde a uno de los directores más audaces y <BR>transgresores de los últimos 50 años.

12 de abril de 1999

Realizar tan sólo 13 películas en 45 años de vida artística es una cifra que no habla muy bien
de un director. Sin embargo, en el caso de Stanley Kubrick, este comentario pierde todo su peso ya que la
corta filmografía del norteamericano ha sido suficiente para posicionarlo como uno de los mejores directores
de los últimos tiempos.Con cintas como 2001: odisea del espacio y La naranja mecánica _ que todavía está
prohibida en Gran Bretaña_ Kubrick marcó un hito en la historia del cine contemporáneo y demostró que los
géneros no se rigen bajo normas infranqueables sino que se pueden abordar desde las ópticas más variadas.
"Kubrick tomó la línea argumental de los distintos géneros y les dio un giro insospechado. Por eso sus
producciones sorprendían porque no eran las típicas películas de guerra o de ciencia ficción", señala el
crítico Hernando Martínez Pardo. Historias sobre soldados afectados por la guerra, jóvenes manipulados por
el Estado, adolescentes ávidas por experimentar su sexualidad, computadoras que dominan a los hombres
y la violencia justificada en sí misma fueron el plato fuerte de este retraído director que ofreció una mirada
crítica sobre la sociedad y la tecnología. "Kubrick le abrió el camino a realizadores como Oliver Stone y
Quentin Tarantino. El entendió que el séptimo arte servía para develar los problemas de una sociedad
confusa", añade el experto en cine Jaime García.Amante de la técnica y perfeccionista al extremo, Kubrick era
capaz de repetir la misma toma 100 veces si era necesario y no descansaba hasta que los decorados, la
iluminación y el vestuario fueran los adecuados. Su obsesión era tal que incluso intervenía en el doblaje de
sus cintas y si las voces de los actores no lo satisfacían no tenía ningún problema en posponer la proyección
de la película indefinidamente, algo que no dejaba de causar angustia a los productores y distribuidores.
Esta angustia, se vivió durante el rodaje de Eyes wide shut , su última película, en la que Tom Cruise y Nicole
Kidman interpretan a un matrimonio obsesionado por el sexo. La película, que se encuentra en etapa de
posproducción, sobrepasó el tiempo de realización en más de 18 meses, una demora que puso a sufrir a la
Warner pero que, curiosamente, ha alimentado la expectativa alrededor de su estreno.Con su muerte se cierra
un capítulo importante en la industria cinematográfica pues Kubrick, más que retratar los hechos, los supo
anticipar para mostrar con crudeza las consecuencias de la prepotencia humana.