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El legado de Hopper

Al protagonista y director de la película Easy Rider le gustaba coleccionar obras de jóvenes promesas, pues intuía que con el tiempo se convertirían en grandes artistas.

25 de septiembre de 2010

Al protagonista y director de la película Easy Rider le gustaba coleccionar obras de jóvenes promesas, pues intuía que con el tiempo se convertirían en grandes artistas. Fue así como Dennis Hopper llegó en 1962 a la exposición en Los Ángeles de un tal Andy Warhol, a quien compró una de las hoy célebres Latas de sopa Campbell, y quien luego pintó un retrato suyo con sombrero vaquero. Hopper murió en mayo pasado a los 74 de cáncer de esófago y su colección privada, compuesta por más de 250 obras, será subastada por la sede neoyorquina de la casa Christie’s, que espera recaudar unos 15 millones de dólares. El actor y director recordaba con frecuencia que se había convertido en amante del arte gracias a la insistencia de James Dean, compañero de rodaje en su primera película, Rebelde sin causa. Desde entonces se dedicó a coleccionar y a tomar fotografías, algunas de las cuales serán también subastadas.