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EL OTOÑO DEL PATRIARCA

A los 70 años, con un pie en la tumba y en el banquillo de los acusados, el ex primer ministro griego llegaba por tercera vez al altar con una azafata de 35.

14 de agosto de 1989


El jueves pasado Dimitria Liani, una ex azafata de 35 años, salía de una pequeña capilla de Atenas del brazo del ex primer ministro griego, Andreas Papandreu, de 70 años. Las coronas nupciales sellaban así uno de los mayores escándalos del año en Europa. Un escándalo que llevó no sólo a un sonado divorcio de Margareth Papandreu de su esposo por 38 años y a la publicación de fotografías de su amante desnuda, sino a la estruendosa derrota del partido socialista en las pasadas elecciones. Pero si el anciano dirigente griego resolvió su picante love story de los últimos tres años desposando a su amante, no será tan fácil calmar el nuevo escándalo, esta vez financiero, que cae sobre sus espaldas. Para empezar, la luna de miel tuvo que ser aplazada mientras el Parlamento griego investiga al recién casado y a cuatro de sus ministros.

Culminada la llamada "guerra de las sábanas", que desató la contienda electoral de junio, en la cual se ventilaron al sol tanto las aventuras amorosas del dirigente socialista como los senos de su amante, además de los romances de su opositor, el dirigente conservador Constantino Mitsotakis, el affaire de Papandreu aparece coma una inocente pilatuna al lado del gran escándalo en el que cuatro mil millones de dólares, gracias a un audaz y joven banquero de apellido Koskotas, fueron a parar a las arcas de Pasok, partido socialista griego.

El matrimonio, el tercero para ambos contrayentes, ha sido comparado en la prensa helénica como un acontecimiento social similar al de la boda de Jacqueline Kennedy con el magnate naviero Aristóteles Onassis. Excepto que, esta vez, la pareja llegó al altar prácticamente solitaria. Ninguno de los cuatro hijos de Papandreu con su esposa estadounidense, Margareth Chad, asistió a la ceremonia.

Según un libro publicado antes de las elecciones por Vasilis Keramas, ex jefe de seguridad del primer ministro, que fue suspendido de su cargo por enfrentamientos con otros colaboradores del líder socialista, titulado "El diario secreto de Andreas", Papandreu es un "esclavo de los placeres, fácilmente influenciable, mentiroso, egoista, avaro, y tiene una fijación: el sexo". Por él, el líder socialista griego ha dejado de lado sus deberes institucionales, creado enormes problemas políticos y diplomáticos. Cuenta, por ejemplo, que durante el famoso encuentro entre los cinco líderes socialistas del Mediterráneo, en octubre de 1983 en Atenas, Papandreu no se presentó a la rueda de prensa. Mientras los periodistas especulaban acerca de "graves divergencias" surgidas en el encuentro, Papandreu había huido por la puerta trasera para encontrarse con su amante de entonces, una prima de Christina Onassis, llamada Mariela Patronicola, esposa del presidente del Banco Nacional de Grecia. Otro día, los paparazzi lo cercaron en su secreto refugio de amor a la hora que el debía volar con su consorte a Egipto para una visita oficial. Era tal el sufrimiento de los guardaespaldas durante sus frecuentes e inaplazables encuentros amorosos, que con frecuencia afirmaban: "Los de la CIA son unos santos, señor presidente, porque no han querido atacarnos nunca".

Este no es, sin embargo, el único libro sobre las aventuras del dirigente griego. Se sabe que su primera esposa, la grecoamericana Christina Rassia, escribió uno lleno de picantes testimonios. El manuscrito fue adquirido por un editor, por orden de la Papandreu, para evitar su publicación. Ahora la ex mujer ha presentado recurso ante los tribunales norteamericanos para recuperar los derechos de su libro, que desde hace meses circula en fotocopias en Atenas.

Incapaz de resistirse ante una mujer atractiva, Dimitria Liani es la sexta mujer importante en la vida de Andreas Papandreu. Hace diez años cuando regresó del exilio, tuvo una hija, Emilia Andrea, con una periodista de la televisión sueca, Raghinia Niblum. Antes de Marinela, la mujer en su vida era Vasso Papandreu, dirigente del Pasok y hoy comisaria en la CEE. Cuando su relación con Marinela se truncó porque ella quiso oficializar su unión, surgió Dimitria Liani, una azafata de la olimpic Airways, divorciada dos veces, que en octubre pasado durante la cumbre de la Comunidad Económica Europa en Rodas fue promovida a primera dama por su enamorado primer ministro. El affaire, convertido así en asunto de Estado, precipitó la decisión de su esposa de otorgarle el divorcio.

Por ironías de la vida fue Margareth quien presentó a Dimitria a su esposo, al simpatizar con la joven, durante un viaje oficial a China y, gracias a las influencias de Margareth, la Liani logró ser presentadora del programa más popular de la televisión griega, "Miso-Miso", y hasta le consiguió una entrevista con el propio primer ministro "en pantuflas". Ahí comenzó la atracción fatal.

Aparte de las intervenciones de la indignada señora Papandreu, que es presidenta de la Asociación de Mujeres Griegas, el momento en que el escándalo llegó a su climax ocurrió en septiembre del 88, cuando el presidente del gobierno no apareció en las ceremonias que el partido había organizado con motivo del aniversario del trágico terremoto de Kalamata. Para entonces ya toda Grecia murmuraba que Mimí, como llaman a Dimitria sus allegados, ocupaba demasiado tiempo en la vida del primer ministro. Cuando se descubrió que Papandreu no se había quedado en Atenas abrumado por sus deberes, como lo afirmaban las excusas oficiales, sino que unas fotografías indiscretas mostraban a Andreas y Mimí divirtiéndose a bordo de un yate en las islas del Egeo, el primer ministro a duras penas pudo calmar las iras helénicas enviando a su amante a un exilio en las oficinas neoyorkinas de la Olimpic Airways. Dos meses después, sin embargo, cuando Papandreu debió internarse con urgencia en una clínica de Londres para ser intervenido quirurgicamente del corazón, Mimi fue la persona que estuvo a su lado todo el tiempo .

Cuando el jefe de Estado regresó a Atenas restablecido, la relación pareció oficializarse. Margareth ya había firmado el divorcio y Mimi no tuvo inconveniente para instalarse en la lujosa villa de 600 metros cuadrados en el exclusivo sector de Ekali de donde salió la pareja el jueves 13 hacia la cercana capillita donde contrajo matrimonio. Pero si el romance ha tenido final de telenovela, en el escándalo financiero al parecer empieza la tragedia griega .