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El padre del sida

Llega a Colombia Luc Montagnier, el científico francés que descubrió el mortal virus.

4 de octubre de 1993

ESTA SEMANA, científicos de todo el mundo se reunirán en Bogotá, en el I Congreso Internacional de Ciencia y Salud, organizado por Ascofame. Y sin duda el atractivo central será la presencia del profesor francés Luc Montagnier, quien tiene el título de ser el descubridor del virus del sida.
Pero Montagnier es también el protagonista de unos de los más sonados casos de espionaje científico ocurridos en este siglo. En marzo de 1983, él y su equipo de investigadores del Instituto Pasteur de París, anunciaron que habían logrado identificar y aislar el virus causante del sida. Sin embargo, 11 meses después, en abril de 1984, el doctor Robert Gallo, del Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos, hacía el mismo anuncio. Muchos pensaron que se trataba de una casualidad científica; pero el hecho de que los dos virus aislados fueran idénticos, tratándose de muestras de pacientes con estructuras genéticas completamente diferentes, hizo crecer la sospecha de que no se trataba de una simple coincidencia. La duda aumentó cuando Montagnier señaló que, un año antes, él había enviado al profesor Gallo muestras del virus que estudiaba en su laboratorio. Aunque el profesor Gallo insistentemente afirmó que él mismo había cultivado la versión americana del virus, la prensa empezó a hablar de un Watergate científico.
Durante los tres años siguientes, los dos equipos de investigación se enfrascaron en una agria batalla. Este duelo interoceánico terminó en 1987, cuando los científicos decidieron silenciar sus acusaciones y compartir el título, como codescubridores.
Pero lo que estaba en juego no era sólo el honor, sino también las regalías de la patente de la prueba sanguínea para detectar el contagio, que tres años más tarde fue lograda gracias a la identificación del virus.
Entonces Estados Unidos y Francia firmaron un acuerdo para compartir tanto el crédito como los dividendos.
Sin embargo se trataba de uno de los mayores descubrimientos científicos del siglo y, a uno y otro lado del Atlántico se iniciaron pesquisas para demostrar que el descubrimiento casi simultáneo no era coincidencial. En 1989, el diario Tribune, de Chicago, acusó al profesor Gallo de haber utilizado el trabajo de su competidor francés. Ante el escándalo de espionaje científico, en octubre del 1990 el mismo Instituto Nacional de Salud pidió a la máxima autoridad en esta materia, la Office of Scientific Integrity, que iniciara una investigación para dilucidar el asunto. Pocos meses antes de concluir la investigación, el profesor Gallo reconoció oficialmente que las muestras virales sobre las cuales trabajó se habían contaminado con las muestras enviadas por los investigadores franceses. Ante esto, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos inició otra investigación para conocer, paso a paso, todo el proceso seguido por el científico estadounidense.
El informe, presentado en diciembre de 1992, confirmó que el profesor Gallo utilizó una muestra proveniente del virus enviado por el profesor Montagnier y cultivado en su laboratorio de París. A juicio de los investigadores, Gallo es culpable de haber engañado a su equipo de investigadores pero no de deshonestidad científica. El veredicto aún es cuestionado en Estados Unidos. Pero, a pesar de todo, casi una década después del descubrimiento Montagnier recuperó su título indiscutible de descubridor del virus del sida.