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EL PENSADOR INCANSABLE

Nicolás Gómez Dávila, fallecido la semana pasada, representaba una especie muy escasa en Colombia: la de quienes se dedican a pensar.

20 de junio de 1994

EL MARTES DE LA SEMANA PAsada, la víspera de su cumpleaños 81, una enfermedad circulatoria detuvo por completo el calendario de Nicolás Gómez Dávila, para algunos el más grande de los pensadores colombianos de los últimos tiempos. Un hombre que, sólo con tres libros publicados, logró no sólo ese reconocimiento de los intelectuales criollos, sino de prominentes filósofos europeos.
La historia de Gómez Dávila fue simplemente la de alguien que dedicó toda su vida a la lectura, algo que pocos pueden hacer. Cachaco raizal y descendiente directo de Antonio Nariño, jamás se metió en el mundo de sus negocios, salvo para conservar los bienes de fortuna que heredó, con el fin de entregárselos intactos a sus hijos. Muy joven viajó a Francia, donde terminó el bachillerato, y desde su regreso, a los 22 años, se internó en su enorme biblioteca a recorrer con detenimiento los textos de la filosofía griega y latina, los de la historia universal, y los de la literatura de Francia, Italia y Alemania. Y no precisamente en español, sino en el idioma en que fueron escritos, porque 'Colacho' -como le decían sus amigos- leía de corrido todas estas lenguas.
Los ratos en los que se desprendía de las solapas de los libros prefería dedicarlos a conversar con sus amigos más cercanos. Douglas Botero Boshell, Francisco Pizano de Brigard, Abelardo Forero Benavides, Mario Laserna y Alvaro Mutis se contaban entre sus contertulios frecuentes. Con ellos compartía sus inquietudes, siempre dirigidas a la actividad literaria pues no le intereso nada más. Ni siquiera la política. Son conocidas, por ejemplo, las ofertas que le hicieron Alberto Lleras de nombrarlo canciller y el Directorio Conservador de lanzarlo como candidato a la Presidencia, que él rechazó de plano.
Sus libros contienen reflexiones que no sobrepasan las tres líneas. Fueron bautizadas con el nombre de escolios, que, según el Diccionario de la Academia, quiere decir "nota que se pone a un texto para explicarlo ". El primero y el segundo de estos libros constan de dos tomos. El tercero, cuyo título, para seguir la tradición, es sucesivos escolios a un texto implícito, apareció en librerías hace dos años.
No es tarea fácil describir el pensamiento de Gómez Dávila, entre otras cosas porque no es muy conocido. Algunos lo consideran de tinte conservador, aristocrático, religioso y retrógado. Pero casi todos lo tildan de muy valioso por lo sólido, lo profundo y lo contestatario. Para el desaparecido escritor Hernando Téllez "forma parte del reino astringente y puro de las ideas, iluminado en todos sus recintos por la presencia y la gracia de la belleza ". Para el 'Magazín Dominical' de El Espectador, "descubre una imprevista y espléndida sucesión de la regia familia de los moralistas franceses de los siglos XVII y XVIII". Y para Alvaro Mutis se trata de "una obra prima del pensamiento occidental, que plantea una fértil teoría de la historia, una inobjetable doctrina política y un definitivo examen del pensamiento metafísico y teológico".
Pero los elogios a las meditaciones de Gómez Dávila no se produjeron sólo en Colombia. También en Alemania, el epicentro de la filosofía, se han escuchado voces de intelectuales respetables declarándose admiradores de los escolios, traducidos en ese país bajo el nombre de Eisamkeiten (Soledades). Pensadores como Ernst Junger y Robert Spaemann han recomendado la lectura de 'Colacho', y el escritor Martin Mosebach, quien vino a conocerlo el año pasado, ha asegurado que "los escolios son de una filosofia contraria al materialismo impuesto por la cultura estadounidense después de la Segunda Guerra. Crihcan el mundo moderno con conocimiento de causa y replantean el pensamiento europeo contemporáneo. Es probable que las próximas generaciones colombianas hablen del siglo XX como el siglo de Gómez Dávila".
Con la muerle de Nicolás Gómez Dávila el país ha perdido al filósofo más brillante en las épocas recientes, no sólo por el contenido de su ideología -que de seguro se reeditará-, sino por su permanente vocación de controvertir. Al fin y al cabo lo único que él hizo durante su vida fue cumplir al pie de la letra la función del intelectual, que, según Ortega y Gasset, no es más que"pensar en contrario". -

LOS ULTIMOS ESCOLIOS
Tomados principalmente de su último libro, 'Sucesivos escolios para un texto implícito', publicado por el Instituto Caro y Cuervo en 1992, la siguiente es una breve selección de los pensamientos de Nicolas Gómez Dávila.

* La sociedad hasta ayer tenía notables; hoy solo tiene notorios.
* El buen gusto aprendido resulta de peor gusto que el mal gusto espontáneo.

* La decisión que no sea un poco demente no merece respeto.

* Al que nace sin talento alguno se le debe aconsejar una carrera científica

* Nada le es tan funesto al arte como el entusiasmo del público.

* Entre los elegidos por sufragio popular sólo son respetables los imbéciles, porque el hombre inteligente tuvo que mentir para ser elegido.

* Más que lo que dice, al imbécil lo delata su disción.

* Pedirle al Estado lo que sólo debe hacer la sociedad es el error de la izquierda.

* Ya no hay clase alta ni pueblo; sólo plebe pobre y plebe rica.
* Mientras podamos responder sin titubear no conocemos el tema.

* El día se compone de sus momentos de silencio. Lo demás es tiempo perdido.

* Cambiar un gobierno democrático por otro gobierno democrático se reduce a cambiar los beneficiarios del saqueo.
* El Estado no se ha portado con discreción y mesura sino bajo la vigilancia celosa de burguesías ricas.

* La petulancia caracteriza a toda clase social que assiende, o dessiende.

* El respeto honra más al que respeta que al respetado.

* A no citar autores de moda es a lo menos a que se debe comprometer el hombre culto.

* La cultura es fenómeno elitista. No existe cultura popular; sólo comportamientos populares.

* Sólo dos cosas educan:tener amo o ser amo.

* En filosofía basta a veces una sola pregunta para que todo un sistema se desplome.

* El liberalismo resulta desfavorable a la libertad porque ignora las restricciones que la libertad debe imponerse para no destruirse así misma.

* Prosa perfecta es la que el lector ingenuo no nota que esté bien escrita.

* El traje de etiqueta es el primer paso hacia la civilización.

* Lo que desacredita la religión no son los cultos primitivos, sino las sectas norteamericanas.

* No ser orador es no poder hablar sino de lo que se sabe.

* No todo profesor es estúpido, pero todo estúpido es profesor.

* Evidentemente 'nadie vale sino porlo que es'. Pero también se es lo que se hereda y lo que refleja sobre la persona el medio en que se nace.

* El hombre solamente es importante si es verdad que un Dios ha muerto por él.

* El que no aprendió latín y griego vive con vencido, aun que lo niegue, de ser sólo semiculto.

* El pueblo a veces acierta cuando se asusta; pero siempre se equivoca cuando se entusiasma.

* Los que no hemos seguido nunca moda alguna podemos envejecer sin melancolía".