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EL PODER DETRAS DEL TRONO

La Federación Nacional de Cafeteros cumple 70 años y uno de sus lugartenientes, Hernán Uribe Arango, celebra 50 dentro de la entidad.

4 de agosto de 1997

Le gusta pasar inadvertido y por eso su nombre no es muy familiar para la mayoría de los colombianos. Pero para todo el que tiene que ver con el negocio cafetero el nombre de Hernán Uribe Arango es sinónimo de reverencia. Paisa furibundo con alma de agricultor y fama de bravo, Uribe ha sido protagonista esencial del desarrollo de la industria cafetera en Colombia. No sólo es uno de los personajes que mejor conoce el tema sino que ha vivido en carne propia la evolución de un sector que hoy sigue siendo motor fundamental de la economía.
Cuando ingresó a la Federación Nacional de Cafeteros, hace 50 años, el negocio del café era poco menos que milagroso. Las pequeñas fincas no arrojaban más de 40 arrobas por hectárea y las vías de comunicación eran tan escasas que hasta las mulas sucumbían en el intento de comercialización del grano. Hoy los cafeteros colombianos han logrado notables procesos de tecnificación mediante los cuales la producción ha crecido a casi 500 arrobas por hectárea y su calidad se ha confirmado como una de las más altas del mundo.
Hernán Uribe ha sido pieza clave de todo este proceso, a tal punto que todavía recuerda con orgullo su paso por el Centro de Investigaciones del Café (Cenicafé), cuando se iniciaron los primeros procesos de tecnificación. Poco después de haber obtenido la variedad borbón, que mejoró sustancialmente la producción en relación con la variedad típica, el equipo de investigadores liderado por él estaba listo para experimentar con una nueva variedad, la caturra, caracterizada por ser un árbol pequeño que no sólo podía cultivarse en grandes unidades por hectárea sino además sin necesidad de sombra. "Entonces yo mismo me di a la tarea de demostrar su efectividad: _comenta Uribe_ en 1961 compré un lote de cuatro hectáreas cerca de Chinchiná y ensayé el nuevo descubrimiento. Todavía recuerdo cómo pasaban los vecinos del lugar a ver si me estaba quebrando. Pero no les di gusto. A los dos años mi cafetal era un hermoso ramillete rojo. En esa finca nació el proceso de modernización de la industria cafetera". El éxito fue tan rotundo que el programa de tecnificación fue solicitado por la Organización Internacional del Café para ponerlo en práctica en otros países.Su experiencia de viejo zorro lo llevó finalmente a la subgerencia general de la Federación Nacional de Cafeteros en 1983. Desde entonces ha sido el consultor más eficaz y la mano derecha de Jorge Cárdenas Gutiérrez. Incluso son muchos los que consideran que si Cárdenas Gutiérrez es el gran cacao de la Federación, Hernán Uribe es el poder detrás de su trono. Ante estas sentencias Hernán Uribe ríe y responde: "No lo es tanto. En este trabajo creo que me he ganado apenas el mérito de ser un dedo de la mano izquierda".