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EL REGRESO DE BRANDO

Luego de 8 años de ausencia, Marlon Brando, uno de los grandes, regresa a la pantalla con dos películas, una de las cuales fue escrita por él mismo.

19 de diciembre de 1988


Muchos se resisten a creer la noticia todavía, les parece imposible que después de ocho largos años, este hombre rompa su silencio y su aislamiento en uno de los cayos de Tahití, tome un avión hasta Londres, se encierre durante varios días en los estudios Pinewood y acabe con la leyenda que hacía de quien es considerado el mejor actor del siglo, un hombre acabado. Pero es cierto. Marlon Brando, menos gordo y grosero, con 64 años bien vividos, regresa al cine y para que no haya dudas sobre su decisión, filmará no una, sino dos películas, sobre política y drogas.

La última vez que se le vio fue en una película lamentable, "La fórmula", en la que aparecía cansado y aburrido, exagerando sus monosílabos y enfrentado a un George Scott, quien tampoco ayudaba al éxito de la historia, basada en un hecho real sobre espionaje político e industrial. Antes, en 1978 y 1979, había filmado "Superman" y "Apocalipsis ahora". Por la primera recibió tres millones de dólares por aparecer en unas escenas ridículas y muy breves. En la segunda y de la mano de Francis Coppola, hizo del coronel Kurtz, enloquecido en la selva, rodeado de salvajes, que esperaba al oficial que, después de remontar el río, debía entrar a su cabaña y rematarlo luego de escuchar un monólogo sordo sobre el amor, la soledad, el poder y la desgracia de ser un escogido. Lo cierto es que ese monólogo, antes del baño de sangre, es tan significativo para la historia del cine contemporáneo como lo fue el otro monólogo del mismo Brando ante el cadáver de su esposa suicida en "Ultimo tango" de Bernardo Bertolucci.

Desde varios meses atrás la noticia venía dando vueltas alrededor de las oficinas de la Metro, responsable del primero de los proyectos, A dry white season. Cuando dijo que sí, muchos se quedaron callados para no fastidiarlo con la publicidad y no incomodarlo en sus vacaciones permanentes (de vez en cuando se veía en periódicos y revistas, con una barba blanca, una guayabera descomunal y un sombrero de paja que pretendía ocultar su identidad a los fotógrafos), iniciaron el rodaje en abril en Zimbawe, dejando las tomas con Brando para finales de año.

La película, basada en una novela escrita por el narrador surafricano André Brink y dirigida por Euzhan Palcy, nacido en Martinica, cuenta el enfrentamiento de un abogado, interpretado por Brando, con las leyes segregacionistas de Suráfrica. En un juicio público, denunciará al gobierno por la muerte brutal de un joven que estaba en prisión. Muchos se preguntan por qué Brando aceptó este papel y hay varios motivos: porque le interesaron los aspectos políticos de la historia y por su larga amistad con Jay Kanter, actual presidente de producción de la MGM y quien varios años atrás representó al actor como su agente y desde entonces han sostenido intensas relaciones personales.

Uno de los mejores amigos de Brando, el productor británico David Puttnam (el mismo que estuvo en Colombia con el equipo de "La Misión", ex presidente de la Columbia y uno de los grandes rebeldes de esta industria del cine), quien acompañó varios días al actor en su retiro de Tetiaroa, después de varios intentos por convencerlo de regresar al cine, contaba cómo todas las semanas el muchacho del correo se siente abrumado llevándole pesados paquetes que contienen manuscritos y guiones enviados desde todos los extremos del mundo, tratando de entusiasmarlo con un nuevo proyecto. Pero Brando los lee, responde cortésmente que no, que gracias y siempre utiliza, o al menos utilizaba, la misma frase: "No estoy preparado para el regreso al cine, tengo que tomarme otras vacaciones".

Cuando finalice su breve aparición como abogado, Brando se cambiará de traje y adoptará su nuevo personaje, el de un retirado agente de la CIA, en una historia llamada "Jericho", escrita por el mismo actor.

Uno de los personajes principales se llama Don Angel de la Luz, es un elegante y millonario aristócrata colombiano, uno de los hombres más poderosos de América del Sur, perseguido por la CIA por tráfico de drogas y el asesinato de dos agentes federales. La Agencia que acaba de fracasar en la captura del hombre fuerte de Panamá, general Noriega, prefiere preparar un plan más cuidadoso y busca al único capaz de frenar al magnate colombiano, Billy Harrington, cuyo código es "Jericho", y se encuentra retirado en México desde hace varios años. Gracias al buen humor y la imaginación de Brando como escritor (conoce muy bien Colombia y tiene numerosos amigos, especialmente en Cartagena donde filmó "Quemada"), el destino se encarga de cruzar los cables: la hija del ex agente se enamora del hijo del millonario narcotraficante y de ahí en adelante la trama irá complicándose más porque, precisamente, la CIA sabe que su ex agente está escribiendo un libro donde denunciará todas sus sucias maniobras.

Filmada en escenarios de Londres, Nueva York y México, "Jericho" también es coproducida por Brando, quien recibirá un salario de 4 millones de dólares por una película que tiene muchas escenas de acción. El director es Donald Cammel (realizador de "Perfomance" con Mike Jagger y White of the eye, dos películas escandalosas y controvertidas), viejo amigo de Brando, considerado uno de los más brillantes de la nueva generación de directores británicos. Terry Christiansen, vocero de Brando, tiene una respuesta a la mano cuando le preguntan por qué el actor decidió regresar después de ocho años: "Su carrera está llena de arrebatos de inspiración y ganas de trabajar. Estos meses coinciden, afortunadamente, con uno de esos arrebatos". Mientras tanto, Bárbara Walters ya pidió los tiquetes para estacionarse en Londres y conseguir una entrevista y los de la CBS le mandaron decir a Brando que tiene una hora en la noche del domingo, para que hable sobre lo que quiera y como quiera. Brando, callado, quizás piensa que con estas dos nuevas películas le demuestra a una nueva generación de espectadores que no lo conoce, que sigue siendo el número uno.--