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El regreso del mamut

El explorador francés Bernard Buigues y Discovery Channel le muestran al mundo las reveladoras imágenes del mamut Jarkov, el mamífero prehistórico hallado en Siberia.

10 de abril de 2000

Hace 20.000 a-ños, cuando tenía 46 de edad, el mamut lanudo dio un paso en falso. En cuestión de segundos el suelo fue cediendo bajo sus pies y su cuerpo rodó hasta un campo agrietado, en donde le esperaba una muerte segura: asfixia o inanición. Ese día el mamífero prehistórico inició un viaje que culminó cuando un grupo de pastores siberianos se tropezó por accidente con un colmillo que, como si estuviera aburrido del letargo, emergió a la superficie congelada.

Aunque la historia parece inventada por Steven Spielberg para una película estilo Jurassic Park o Indiana Jones lo ocurrido con el mamut Jarkov es real. Así lo demostró el canal de televisión Discovery el pasado 12 de marzo durante la premier del documental Despertando al mamut, una producción que narra las peripecias del francés Bernard Buigues, un afamado explorador del polo norte, que en octubre de 1999 logró recuperar el cuerpo de este animal sepultado en la tundra siberiana.

Los pastores que en 1997 realizaron el hallazgo son miembros de la familia Jarkov, de la tribu nómada de los Dolgan, quienes descubrieron por casualidad los colmillos mientras cavaban el suelo congelado que rodea al río Bolchaya Balakhnaya (ver mapa). Conscientes del valor comercial del marfil los hombres emprendieron un recorrido en busca del mejor postor y en su peregrinaje se cruzaron con Buigues.

El francés, fundador de Polar Circle Expeditions, empresa dedicada a realizar excursiones turísticas al Artico, conocía la zona como la palma de la mano y no tardó en convencer a los Dolgan para que lo llevaran a la misteriosa tumba.

“Cuando vi que tenía frente a mí mucho más que huesos llamé al científico Peitr Wilkstrom. Su radar mostró una gran anomalía al penetrar en el subsuelo. Esto sugería que una parte del cuerpo del animal yacía bajo el hielo y que sus órganos internos podían estar completos”, señaló Buigues en entrevista con Discovery.

Para ese entonces el hallazgo ya era conocido entre la comunidad científica y varios especialistas, como Dick Mol, investigador del museo de la naturaleza de Rotterdam, y Larry Agenbroad, investigador del área de mamuts de Hot Spring, en Dakota del Sur, se vincularon a la expedición.

“He estado trabajando con despojos de mamut desde hace más de 25 años y nunca olvidaré la sensación de tocar uno con la mano y sentir su olor. Es abrumador”, confesó Mol en el documental.

Pero llegar hasta el mamut no fue fácil. El animal estaba enterrado a cuatro metros y medio de profundidad y para no estropearlo fue necesario removerlo con la capa de tierra que lo rodeaba. En octubre de 1999 el equipo de exploración utilizó perforadoras neumáticas para abrir una trinchera alrededor del mamut y luego se insertaron vigas de hierro bajo el bloque de suelo congelado. Las vigas fueron soldadas para crear una plataforma resistente y el bloque se envolvió con un cable industrial de 76 milímetros de grosor. Una vez asegurado, el bloque fue trasladado en helicóptero 300 kilómetros hasta la pista del aeropuerto de Chatanga.

Los últimos cinco meses el animal los ha pasado en la pista mientras se termina la adecuación de una de las cuevas cercanas que será empleada como laboratorio. Una vez instalado en su nuevo hogar será descongelado usando secadores de pelo para no dañar los tejidos y se tomarán las primeras muestras para saber si el material genético se conserva intacto.

Derretir el hielo puede que tarde un año, pero eso poco les importa a los investigadores pues si la humanidad esperó 20.000 años para volver a ver un mamut la ciencia puede aguardar un par de meses para estudiarlo.