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EL SALVAVIDAS

Un político del nuevo país acepta el desafío de gerenciar el manejo de los desastres en Colombia.

27 de febrero de 1995

FUE UN NOMBRAMIENTO POLEMICO. LA Oficina Nacional de Atención y Prevención de Desastres siempre había sido dirigida por un tecnólogo y se pensaba que en ese cargo jamás se sentaría un político.
Sin embargo la semana pasada el presidente, Ernesto Samper, decidió no hacerle caso a la tradición y nombró al joven dirigente liberal y ex alcalde de Popayán del período 1991-1994, Luis Fernando Velasco.
Además de las críticas por nombrar a un político, varios sectores de la opinión pusieron en duda las capacidades de Velasco por tratarse de un hombre de tan sólo 30 años. Pero la verdad es que parece que el Presidente de la República jugó bien sus cartas: los últimos directores de esta oficina, a pesar de su formación técnica, habían dejado mucho qué desear, y nombrar a un joven político con aspiraciones puede ser la fórmula magica para que por fin este cargo tenga el funcionamiento y el protagonismo que no ha tenido hasta el momento.
Luis Fernando Velasco no es ningún aparecido. A los 22 años fue concejal de Popayán, luego trabajó en el sector privado manejando una fundación para el desarrollo de la microempresa, más tarde fue nombrado secretario de Gobierno del Cauca y después elegido alcalde de Popayán. Su administración es recordada como una de las mejores de los últimos tiempos. Incluso, en mayo del año pasado, Velasco obtuvo el reconocimiento del entonces presidente César Gaviria por gobernar la ciudad del país que más había aprovechado los programas de vivienda social. Además el Conpes también destacó su labor, diciendo que Velasco había logrado el completo ordenamiento de la vivienda en el casco urbano y la reubicación de todas las familias que habitan zonas de alto riesgo. Esto para no mencionar la importante labor que cumplió en la atención de la emergencia que se produjo hace algunos meses en el Cauca y el Huila por la avalancha del río Páez.
El solo hecho de haber aceptado el cargo ya le da puntos a Velasco, pues en un país como Colombia, que es propenso a las tragedias naturales, salir con buena imagen de esa oficina es una labor mucho más difícil que la de asumir la alcaldía de Popayán. De hecho, hasta los previsivos japoneses se quedaron cortos para atender la emergencia luego del terremoto que estremeció a Kobe hace dos semanas.
Pero el desafío de Velasco es mucho más que salir con buena imagen. Este representante del nuevo país que en alguna ocasión rechazó la oferta de la programadora JES para protagonizar una novela donde él haría el papel de galán -debe emprender ahora la difícil tarea de trasladar a los miles de colombianos que viven en las llamadas zonas de alto riesgo. Y, en ese escenario, realizar un papel protagónico no es nada fácil. Pero Velasco está dispuesto a asumirlo en la Oficina de Atención y Prevención de Desastres para que deje de ser lo que ha sido hasta hoy: un desastre. -