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EL SILENCIO DE LOS INOCENTES

Si bien Michael Jackson pagó una millonaria suma para evitar el juicio por abuso sexual de menores, aún no está excento de ir al banquillo de los acusados.

7 de marzo de 1994

POR AHORA, MIchael Jackson podrá presentarse en concierto el próximo 21 de febrero. La semana pasada los abogados Larry Feldman, representante de Jordan Chandler -el niño que lo acusó de abuso sexual- y Johnnie Cochran, apoderado de Jackson, llegaron a un millonario acuerdo extrajudicial para que se retirara la demanda civil contra el cantante. La promesa es que 'Jordy' no rendirá testimonio en ningún proceso penal. La cifra que Jackson pagó por su libertad oscila entre los 15 y los 50 millones de dólares, que serán cancelados, una parte en éfectivo a los padres, y la otra en un fondo en fideicomiso a nombre del niño. Después de cinco meses de alegatos, ambas partes se mostraron complacidas con este acuerdo. Todos los abogados dijo que habían llegado a eso para proteger a sus "sensitivos" clientes.
Pero si por ahora la libertad del cantante está asegurada, no sucede lo mismo con su reputación. El comentario generalizado es que al haber formalizado este arreglo por debajo de cuerda -no quedó por escrito porque ningún juez lo hubiera aceptado- Jackson no ha hecho otra cosa que reconocer públicamente su culpa.
Con este arreglo, Jackson se libra de la investigación penal que llevan en su contra las autoridades de Los Angeles y Santa Bárbara. Y todo porque la ley del estado de California prohíbe que se obligue a un menor a testificar en juicios sobre crímenes sexuales. Y aunque sin esta evidencia será prácticamente imposible ganar un juicio contra el cantante, el fiscal Gil Garcetti dice que el caso no se ha cerrado y que, por consiguiente, Jackson no está exento de ir al banquillo de los acusados. Además, el cantante aún tiene que resolver la demanda de cinco de sus ex guardaespaldas que fueron despedidos y que afirman que él llevaba regularmente menores a su residencia en horas de la noche. Por otro lado, también está el pleito por la intempestiva cancelación de su gira mundial en noviembre pasado, que supera los 20 millones de dólares.
Lo que ha quedado claro es que el abogado de Jordan Chandler diseñó una arriesgada estrategia para que finalmente Jackson optara por comprar el silencio del niño. El tiempo era su mejor aliado. Teniendo en cuenta que una declaración ante el Tribunal podía ser devastadora para la estrella, la única salida era un arreglo. Por su parte, los abogados de Jackson llegaron a la conclusión de que para el cantante era mejor ser juzgado por la opinión pública que por un Tribunal de justicia. Con ello aseguraron la tranquilidad de su cliente y, en consecuencia, la continuidad de su carrera artística. Además de su presentación en el show llamado The Jackson Family Honors, de la NBC, Jackson regresará muy pronto a los estudios de grabación para producir un nuevo disco.
Pero este millonario arreglo sienta un peligroso precedente: podría llevar a otros padres de niños que han estado en compañía de Jackson a cobrar, igualmente, un alto precio a cambio de su silencio. Los abogados de éste confían que eso no sucederá, porque en estos cinco meses ninguno lo ha acusado formalmente ante una Corte y porque a ningún padre le gusta la idea de que su hijo quede estigmatizado como víctima de abuso sexual. Claro que el atractivo de un pago multimillonario podría tentarlos a convertirse en acusadores. Por ahora, la única verdad de todo este escandaloso episodio es que aunque el astro del pop nunca vaya a ser declarado culpable en una Corte, tampoco podrá convencer al mundo de su inocencia.