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TRANSGENERISTA

En el cuerpo equivocado

Un documental revela todos los detalles de cómo Chastity Bono, la hija de Cher, se convirtió en hombre, y cuenta lo duro que fue para la cantante afrontar la noticia.

5 de febrero de 2011

Cada vez que se acercaba Halloween, Chastity Bono no buscaba un traje de princesa, como era lo normal entre las niñas de su edad, sino un disfraz de Drácula o del Hombre Lobo. Odiaba los vestiditos que le solía comprar su mamá, la cantante Cher, y en lugar de eso prefería ponerse pantalones y camisetas anchas. "Desde mi infancia siempre creí que había algo diferente en mí", confesó en su autobiografía. Solo cuando llegó a la pubertad confirmó sus sospechas: no quería que los senos le crecieran y le incomodaban las curvas que poco a poco le iban apareciendo. Fue entonces cuando aceptó que era un hombre atrapado en el cuerpo de una mujer, así su familia pensara que era un simple capricho pasajero.

A pesar de su temprano descubrimiento, tuvieron que pasar más de veinte años para que se sometiera a un tratamiento de reasignación de sexo y se cambiara el nombre por el de Chaz. Durante todo ese tiempo trató de ocultar su historia a los medios y solo ahora, cuando por fin se siente a gusto con su aspecto, decidió dar a conocer los detalles de su transformación, en un documental que se estrenó en el Festival de Cine de Sundance, hace pocos días. El polémico filme, calificado por la crítica de "audaz y revelador", será transmitido en Estados Unidos por el canal de Oprah Winfrey, en mayo.

Uno de los testimonios más impactantes es el de Cher, la diva, quien por primera vez habla sin tapujos de su única hija y de lo difícil que ha sido acostumbrarse a su imagen varonil. Para la veterana cantante, considerada un símbolo de la comunidad gay, la decisión de Chaz de convertirse en hombre la tomó por sorpresa y aún hoy se refiere a él como ella. "Cuando deje de tomar hormonas, ¿qué tal que no la reconozca?", se pregunta horrorizada.

Pero la verdad es que ya casi no queda rastro de Chastity, la niña de pelo rubio que hizo su debut en televisión cuando tenía 4 años en un popular programa de la década de los setenta. De ese tiempo lo único que recuerda es que le gustaba que le pusieran ropa que combinara con la de su papá, el cantante y luego senador Sonny Bono (ya fallecido), y no trajes de lentejuelas como los que usaba su mamá. Chaz, de 41 años, ahora no solo puede escoger cómo vestirse, sino que además tiene una relación estable con Jennifer Elia, una joven actriz y escritora con quien vive en una mansión de Los Ángeles desde hace casi cinco años. Elia se enamoró de Chaz cuando todavía era mujer y por eso no ha sido nada fácil pasar de una relación lésbica a una heterosexual: "Es como si nos estuviéramos volviendo a conocer".

En marzo de 2009, Chaz se mandó quitar los senos y empezó a inyectarse una dosis de testosterona que le ha cambiado la voz y le ha hecho salir barba, como si fuera un adolescente. Nunca ha reconocido públicamente -ni siquiera en el documental- haberse sometido a una cirugía para ponerse genitales masculinos, pero amigos cercanos aseguran que contempló esa posibilidad durante años, por lo que varios medios sospechan que sí lo hizo.

Por tratarse de una figura pública, tuvo que pensarlo dos veces antes de revelar su secreto. De pequeña recuerda que se sentía como un bicho raro porque no le gustaban los hombres y, al contrario de sus compañeras, no se la pasaba hablando del niño más lindo del salón. Luchó contra su verdadera orientación sexual durante años hasta que un día, poco después de cumplir la mayoría de edad, decidió contarles a sus padres que le atraían las mujeres. Cher reaccionó negativamente y, a pesar de que ya la había visto coqueteando con una jovencita y lo sospechaba, la echó de la casa, la mandó al psiquiatra y dejó de hablarle por un tiempo.

La familia siempre negó los rumores que cada tanto aparecían en la prensa estadounidense sobre la conducta de Chastity, pero era evidente que vivía en un clóset de vidrio. Cansada de que los paparazi la siguieran día y noche, en 1995 la joven decidió confesarlo todo a la revista The Advocate. Entonces se vinculó a Glaad (Gay and Lesbian Alliance Against Defamation), una organización sin ánimo de lucro dedicada a temas de la comunidad Lgbt, y se volvió una acérrima activista de los derechos de los homosexuales.

Esa etapa le sirvió para entender que su conducta correspondía con la de una persona transgénero, pues desde niña sentía que había nacido en el cuerpo equivocado. "Creo que el género es algo que está entre tus dos orejas y no entre las piernas. Una vez enfrenté mis problemas de identidad, todo empezó a ser más fácil", explicó en una entrevista en el programa de noticias Entertainment Tonight. Como suele pasar la mayoría de veces, cuando al fin tomó conciencia de su situación tuvo que lidiar con el rechazo de su familia y, por si fuera poco, con el asedio de los medios.

Pero eso no fue lo peor de todo. Después de la muerte de Joan Stephens, una mujer mucho mayor que ella de la que se había enamorado perdidamente, Chastity se refugió en las drogas y el alcohol. Por esa misma época abandonó sus estudios universitarios e intentó sin éxito ser cantante. La joven, quien por entonces estaba en plena búsqueda de su identidad, tuvo que ser internada en un centro de rehabilitación y solo cuando superó sus adicciones por completo decidió que había llegado el momento de convertirse en hombre: "No fue algo de la noche a la mañana, tuve que ir a terapias y probar que podía mantenerme sobrio", admitió recientemente. La periodista Michele Kort, quien ayudó a Chaz a escribir sus memorias, cree que en realidad le tomó todo ese tiempo porque no quería avergonzar a su mamá.

Cher, quien todavía recuerda con horror el día en que Chastity se vistió por primera vez con una chaqueta de cuero y se peinó el copete hacia atrás, no tuvo más remedio que reconciliarse con su hija y aceptar su decisión. "Respeto el valor que se requiere para pasar por esta transición bajo la mirada del público -dijo la cantante poco después de que Chaz divulgó la noticia-, y pese a que puede que no lo entienda, me esforzaré por ser comprensiva". La diva ya se acostumbró a verla con chaquetas y pelo corto, pero admite que extraña su voz femenina.

En cambio Chaz aparece aliviado en el documental cada vez que nota el más leve cambio en su cuerpo. Se alegra porque le toca afeitarse por lo menos dos veces a la semana y no le da pena andar sin camisa por la casa exhibiendo sus nuevos pectorales. Según escribió en un comunicado que envió a SEMANA Jarrett Barrios, presidente de Glaad, "el hecho de que haya decidido compartir su historia seguro ayudará a que otros entiendan lo que significa ser transgénero y de una vez tomen conciencia de que son personas que merecen respeto". Después de librar una larga batalla contra los estereotipos, Chaz por fin encontró el momento adecuado para dar el paso definitivo: "Ahora siento que soy una versión mejorada de mí mismo".