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JAQUE A LA REINA

Kathy Sáenz puede ser inocente de lo que se le acusa. Pero de todas formas quedó como una mentirosa.

29 de agosto de 1994

El escándalo protagonizado por la ex virreina nacional de la belleza, Kathy Sáenz, se convirtió la semana pasada en la comidilla del país entero. La revista Cambio 16 hizo explotar la bomba con el título 'La Maldición del Paraíso'. En el artículo, la publicación relata cómo la joven y un grupo de amigos fueron retenidos y sus pasaportes confiscados en España por las autoridades locales, que les venían siguiendo los pasos, extrañadas por la gran vida que se daban en el país europeo.
Las acusaciones de tráfico de dólares falsos no involucraron directamente a Kathy Sáenz, pero los investigadores tienen serias dudas sobre sus actividades en España debido a su relación tan cercana con el grupo de sospechosos, encabezado por Carlos Arturo Carrasco y Kenneth Plotkin.
El escándalo comenzó a gestarse hace mes y medio, cuando Kathy Sáenz, Carlos Arturo Carrasco, Kenneth Plotkin y Alejandro Zafra Padilla se encontraban de rumba en Palma de Mallorca. Esa noche el grupo de jóvenes perdió 40.000 pesetas en un casino. Cuando se disponían a marcharse, uno de los guardias los detuvo porque los 5.000 dólares con los que habían comprado las fichas eran falsos. Sin embargo, los jóvenes superaron el impasse y continuaron sus vacaciones Según las autoridades, durante su estadía los colombianos se dedicaron a jugar en los casinos, alquilar motos y hacer compras de lujo. La situación se complicó el día que abandonaron la isla. La policía secreta requisó sus equipajes y Kenneth Plotkin resultó detenido bajo el cargo de falsificación de moneda. Kathy Sáenz, Alejandro Zafra y Carlos Arturo Carrasco se quedaron unos días más para saber de la suerte de su compañero y cuatro días más tarde regresaron a Madrid, pero no estaban a salvo. Esta vez la visita policial fue al apartamento de Kathy en donde estaban Zafra y un nuevo amigo, Ernesto González Luque, conocido como 'Chancho'.
Los tres colombianos fueron conducidos a una comisaría para rendir indagatoria por falsificación de moneda, y allí permanecieron el fin de semana mientras las autoridades aclaraban el caso. El lunes siguiente los jóvenes fueron llevados ante un juez, quien los dejó en libertad provisional, les retuvo los pasaportes y les impuso presentaciones periódicas. Como resultado, Kathy Sáenz, Zafra y González fueron vinculados al proceso de Plotkin, que se adelanta en el juzgado central de instrucción número 2 de Madrid por falsificación de moneda.

LA ODISEA
Pero,¿cómo comenzó esta historia? SEMANA entrevistó a amigos y familiares de los jóvenes y logró reconstruir esta novela policiaca. El hombre clave de este episodio es Carlos Arturo Carrasco. Se trata de un joven de 21 años, hijo de una acomodada familia bogotana, a quien sus amigos llaman 'Chómpiras' y quien tiene un largo historial que raya en lo delictivo. Sus amigos recuerdan que cuando era estudiante de bachillerato le robó el anillo de grado a su papá, lo empeñó y luego gastó la plata en rumba. Pero en el colegio se le recuerda más por la jugada que les hizo a sus compañeros en un viaje de vacaciones. En esa oportunidad Carrasco se encargó de administrar la plata de un fondo común para los gastos de sus días en Cartagena. La noche que llegaron el joven se fue con el dinero a uno de los casinos de la ciudad y lo perdió todo. Al otro día el grupo tuvo que devolverse a la capital.
Las pilatunas de Carrasco fueron subiendo poco a poco de tono. En una ocasión, según los testimonios, le hurtó la tarjeta de crédito a un amigo, falsificó la firma y realizó compras por siete millones de pesos. Carrasco asumió la culpa y su familia lo sacó del lío al vender uno de los carros para pagar la deuda. Pero la copa se rebosó cuando el joven hurtó la chequera del socio de su padre, falsificó la firma y realizó compras en almacenes exclusivos de Bogotá.

LAS MENTIRAS DE KATHY
Cuando Kathy Sáenz representó a Bogotá en el Reinado de Cartagena, era una estudiante con una vida muy normal, pero después del concurso todo cambió. Los amigos llovieron, las ofertas de trabajo no se hicieron esperar y con frecuencia se le comenzó a ver en los restaurantes, bares y discotecas de moda. Por esa época conoció a Carlos Arturo Carrasco. De acuerdo con los testimonios recogidos por SEMANA, Kathy y Carlos Arturo fueron novios. Cuando la relación terminó, se convirtieron en grandes amigos y se les vio juntos. Por eso las declaraciones dadas por la reina la semana pasada son, por lo menos. medias verdades. Ella afirmó que Carrasco y Plotkin son unos amigos de Colombia que estuvieron en su apartamento pero que no sabía en qué estaban metidos y que sólo ahora se enteró "de que Carrasco está catalogado como un delincuente internacional".
Lo que no contó Kathy fue que unos días antes de irse a España ella y Carrasco tuvieron una fiesta de despedida en el condominio de Peñalisa, en Girardot, en la casa de Jaime Felipe Silva, otro de los investigados por las autoridades españolas. Tampoco contó que en numerosas reuniones con sus amigos más cercanos hizo públicos los planes que tenía con Carrasco para ir a compartir con él un apartamento en Madrid. Por eso resulta contradictorio que diga que a Carrasco apenas lo conocía de vista y que su presencia en su apartamento fue un hecho fortuito. Por otro lado, a sus amigos les dijo que había sido nombrada en un cargo en la embajada colombiana en Madrid. Pero funcionarios del cuerpo diplomático lo desmintieron.
Sus amigos aseguran en Bogotá que efectivamente el negocio de dólares falsos fue montado y organizado por Carrasco. Uno de ellos le dijo a SEMANA que "eso lo conocíamos todos. Incluso nos ofreció que participáramos. La idea era comprar a un intermediario los dólares y después llevarlos a Madrid donde Carrasco los cambiaba en los casinos".

LOS OTROS INVOLUCRADOS
El escándalo salpicó a otros. Entre ellos a Alejandro Zafra, un joven de 21 años quien, según las versiones recogidas por SEMANA, más que ser un miembro de red alguna es un muchacho ingenuo perdidamente enamorado de Kathy Sáenz. Su viaje a España fue por amor. "Cayó por pendejo. Se dejó envolver por Carrasco, que es un embaucador profesional y terminó prestándole el pasaporte para hacer unas de sus transacciones", contó uno de sus amigos.
El caso de Plotkin, sin embargo, es más dramático pues todo indica que terminó metido en este lío por problemas económicos de su familia. Las fuentes de SEMANA aseguran que Carrasco era amigo de Plotkin desde la época en que fue novio de su hermana, y que en uno de sus viajes entre España y Colombia le propuso que se convirtiera en su socio, lo que Plotkin terminó por aceptar.
La Interpol también solicitó información sobre Jaime Felipe Silva, a quien las autoridades españolas sindican de ser uno de los miembros de la red. La gente que lo conoce afirma que es un amigo muy cercano a Carrasco y que lo más probable es que también esté metido en este problema.
Kathy Sáenz ha afirmado que todo es un malentendido, pero el caso parece más complicado de lo que la reina cree. Prueba de ello es la contratación del abogado Joaquín Ruiz-Jiménez Aguilar, quien defendió a Gilberto Rodríguez Orejuela en 1984, cuando, a tiempo que estaba detenido en España, Estados Unidos buscaba su extradición. Aquí surge una gran incógnita: quién contrató a Ruiz-Jiménez y quién paga los honorarios para defender a Kathy y a sus amigos. Como están las cosas, esta historia pinta para largo, pues apenas se ha escrito su primer capítulo. -