JULIO TRUCULENTO

Los libretistas de televisión parecen estar de moda: primero fue el escándalo por una escena en la serie "Los cuervos" que parecía tomada de lo que sucedió en el restaurante Pozzetto; después vinieron las violaciones en el Cuento del Domingo "Brillo", y finalmente las diabluras realizadas en el "Angel de piedra". En dos de estos episodios, el protagonista fue Julio Jiménez, uno de los más prolíferos libretistas del pais.
Valluno, de 39 años, Jiménez es calificado como uno de los escritores más truculentos de guiones para televisión. El calificativo no le disgusta al autor de "La feria de las vanidades", la primera serie que realizó para televisión basándose en una obra del escritor William Makepirce Thaekesay, por cuanto considera que todo escritor en sus historias debe incluír una dosis de truculencia. Actor de teatro y televisión así como radioactor, Jiménez comenzó su carrera de libretista hace quince años realizando para radio una novela original titulada "Obsesión siniestra", que batió todos los récords. De ahí pasó a la televisión y siempre ha trabajado con la programadora RTI haciendo versiones libres y libretos originales de series como "El caballero de Rausán", "Un largo camino", "La marquesa de Yolombó", "La abuela" (versión para T.V. y cine), "El virrey", "El gallo de oro", "El hijo de Ruth", "Los premios", "La pezuña del diablo" y recientemente "Los cuervos", que es una obra original y que, según Jiménez, se trató de cinco cuentos en donde se mostró todo tipo de personalidades. "Se dio un equilibrio -dice Jiménez- entre personajes agresivos, tiernos, pasivos, y una gran dosis de humor. Lógicamente, en ningún trabajo puedo dejar por fuera pasiones como la envidia, los celos, la agresividad y en fin, los problemas que más que de la sociedad son de la humanidad". A ese respecto, el columnista de El Espectador, Azriel Bibliowicz, dijo a SEMANA:
"El problema no es ni el sexo ni la violencia, sino la ansiedad por conquistar ratings, el afán de lucro. No me imagino producir un 'Hamlet' a 'Tiempo de morir' sin violencia, pero en estos ejemplos no hay intencionalidad, como sí la hay en las series de televisión que hace el libretista Julio Jiménez. "
LA PIEDRA DEL ESCANDALO
Pero si los dos años de "Los cuervos" no hicieron que se pusiera el grito en el cielo por la violencia in crescendo de la serie, sobre el segundo capítulo del "Angel de piedra", los grandes periódicos editorializaron en su contra y el propio director de RTI Fernando Gómez Agudelo, retiró del aire su emisión por dos semanas mientras se hacían algunos arreglos.
Julio Jiménez considera que el escándalo fue producto más de los comentaristas de radio, televisión y prensa que del propio público. Y asegura: "En mi libreto, yo no quemé, ni envenené, ni ahogué a nadie. Lo que pasa es que siempre al final de cada capítulo se deja una escena en lo que se llama el climax, y en el segundo capítulo, el protagonista termina desmayándose por el raticida que el niño, con el deseo de que le dé un retorcijón de estómago, pone en su leche. Se cae de su peso que yo fuera a matar de entrada a Alvaro Ruiz, uno de los personajes principales". En cuanto a las otras escenas, Jiménez dice que su historia se ubica a comienzos de los años cincuenta, en un sector rural de Colombia, y que nadie puede negar que en esa época los niños jugaban con fuego, con agua y eran siempre castigados a punta de fuete. "En la escena en que supuestamente el niño intenta ahogar a su hermanastra, por problemas de ambientación no se realizó el juego en una pileta como yo sugería, sino en la alberca y por esto se vio más violento. Yo me acuerdo -dice Jiménez- que en mi infancia una primita botaba siempre el gato desde el balcón, para probar si era verdad que los gatos tenían nueve vidas".
LA REHABILITACION
Pero la ampolla que levantó la serie no ha afectado a Julio Jiménez, quien dijo que así como no se ha dejado elevar por los elogios, tampoco se derrumbará por las críticas. Y afirma que este es un país muy curioso: "Aquí nadie se escandaliza de que se mueran más de 200 mil niños de desnutrición, pero sí se arma un escándalo cuando un niño ficticio protagoniza escenas que son violentas, pero que se pueden explicar si se tienen en cuenta los juegos que realizaban los niños en esa época".
Por lo pronto, el libretista más truculento de la televisión está dedicado a suavizar su controvertida serie, y tan pronto termine de redondear sus 26 capítulos, se irá para Estados Unidos y Europa a realizar una investigación sobre la cual no da más detalles, "por la pava".
Es muy probable que para ganarse el permiso de reaparecer en la T.V., el "Angel de piedra" aprenda la lección de que a una hermanastra no se la toca ni con el pétalo de una rosa.