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LA DIVINA LEYENDA

Greta Garbo, la actriz que emanaba sexualidad, siempre quiso estar sola. Y asi murió.

21 de mayo de 1990

En lo alto de una escalera de caracol y en una de las escenas mas dramáticas de su película "Gran hotel", filmada en 1932, Greta Garbo pronuncia la frase que se convierte en una auténtica premonición. Mirando a quienes la acosan y pretenden dominar su vida, la rubia actriz dice: "Quiero que me dejen sola".
Nueve años después, y cuando se encontraba en el punto mas alto de su carrera, que en ese momento totalizaba 24 peliculas en blanco y negro, repitió la frase, se encerró en su apartamento de Nueva York, ocasionalmente viajaba a Londres y Paris mientras la leyenda sobre sus repetidas visitas a la casa de un amigo millonario en Cartagena renacia periodicamente.
Acababa de filmar "La mujer de dos caras", bajo la dirección de George Cuckor, famoso en Hollywood porque sabia tratar a las mujeres en la pantalla, las hacia mas humanas y fue responsable de que, en ciertos momentos, el argumento de "Lo que el viento se llevó" girara alrededor de las dos mujeres y menos en torno a los soldados que agonizaban en Atlanta. Cuckor y Garbo ya habian trabajado juntos en "La dama de las camelias", una de las películas mas populares de los años treinta.

"La mujer de dos caras" fue un fracaso y el productor Luis B. Mayer, amo y señor de la Metro, despota y lujurioso, segun los biografos, la llamó a su despacho, la hizo sentar y sintiendo que el mundo se abria a sus pies pero obedeciendo las leyes inexorables de la taquilla, le dijo: -"Aquí tienes este cheque. Cubre holgadamente el resto de tu contrato con la Metro. Ya no tienes que seguir trabajando en el cine, por lo menos no con la Metro. Tus peliculas ya no producen dinero. Firma este recibo".
Con la misma mirada que excitaba a millones de espectadores en todos los idiomas, lo midió de arriba abajo y al encontrarse con sus ojos lo miró profundamente, rompió el cheque, le arrojó los pedacitos a la cara, le dió la espalda y sin pronunciar una palabra salió de la oficina. Dicen que Mayer intentó recuperarla, se arrepintió de su gesto mercantilista pero algo habia quedado roto para siempre en el corazón y el orgullo de esta muchacha que a partir de entonces alimento su propio mito.
Durante esos 49 años las peliculas de Greta Garbo se exhibieron continuamente en cines y espacios de televisión. En el Museo de Arte Moderno de Nueva York todos los años durante el verano ponian la mayoria de sus peliculas, las mas conocidas y las menos importantes. Las boletas se agotaban en seguida porque corria la leyenda, una de tantas que siempre rodearon la vida de la actriz, leyenda que algunos pretendian confirmar con fotos de que la misma Garbo con sus gafas oscuras de siempre, su abrigo y su sombrero grande llegaba en medio de la oscuridad, se sentaba en una butaca de la ultima fila que el acomodador siempre le guardaba y contemplaba el milagro de esa juventud, esa belleza y esa alegria conservadas a pesar del tiempo. Salia antes de que se encendieran las luces.

Todo en su vida fue asi, extraño, lleno de conjeturas y rumores. Nunca se caso ni tuvo hijos pero sostuvo ardientes romances con figuras como el director Leopoldo Stokowski, el actor John Gilbert y el fotografo Cecil Beaton. A este, como regalo de despedida, le susurro al separarse: "¿Te fijas como soy de difícil, neurótica y despótica?. Es imposible vivir conmigo ¿te fijas?".
Nunca se ganó un Oscar aunque estuvo nominada en cuatro ocasiones y en 1954 la Academia la distinguió con un Oscar honorario como homenaje a su carrera, galardon que ella no fue a recibir.
La soledad inquebrantable en que vivia era interrumpida solo por sus salidas diarias a caminar por las calles cercanas a su apartamento en Manhattan o sus casas de Paris y Londres, por el pequeño circulo de amistades que la rodeaba, tan pequeño y fiel que nunca durante esos 49 años de aislamiento se pudo filtrar el más pequeño indicio de como vivia la mujer que siempre ha sido el simbolo perfecto de una clase de cine y un género de estrella.

La voz ronca, los hombros anchos el cuerpo grande, el ceño fruncido, las maneras asperas con las que rechazaba los intentos de conquista en la pantalla, su misma soledad hicieron nacer algunos rumores sobre su sexualidad, rumores que los amigos ni confirmaban ni rechazaban.
Como todas las leyendas de las estrellas de Hollywood, la de Greta Garbo tambien esta llena de incidentes curiosos.
Nacida en Estocolmo en septiembre de 1905, fue la menor de un hogar muy pobre, ya que su padre era un obrero sin educación. A los 13 años se ganaba la vida enjabonando la barba de los clientes en una peluqueria, paso luego a un almacen a vender sombreros y mas tarde se convirtió en modelo para desfiles en hoteles. Ahorrando pudo pagarse las clases de arte dramático en la Escuela de Estocolmo, donde el grupo del Teatro Real le dió la oportunidad de interpretar pequeños papeles en algunas comedias.
En ese momento, el cine y el teatro Suecos estaban dominados por un auténtico genio, Maurice Stiller quién quedó paralizado cuando contemplo el rostro de la joven y, sobre todo, cuando en medio de la oscuridad de la sala oyo su voz ronca y sensual, la misma voz que quitaría el sueño a millones de espectadores cuando la actriz filmara su primera pelicula sonora.

Stiller se convirtió en el creador de la Garbo. De niña timida y solitaria la convirtió en una muchacha despierta le enseñó a comer, caminar y vestirse le dio lecciones de dicción y canto y la lanzó con una pelicula mítica, "La leyenda de Gosta Berling", en 1924.
Dos años antes habia filmado "Luffar Peter".
Louis B. Mayer, el señor del cheque rechazado, vió "Gosta Berling", quedó impactado por el estilo de Stiller, lo contrato y este se llevó a la Garbo. Fue un fracaso la experiencia del director en Hollywood. Eran dos mundos irreconciliables pero cuando los espectadores descubrieron el rostro tan hermoso y los movimientos felinos aumentados por la pantalla en el cuerpo de la Garbo, comenzó el mito. Las mujeres interpretadas por la Garbo siempre eran luchadoras, rebeldes, enfrentadas a los hombres que pretendian manipularlas. De sus ojos, su rostro y su cuerpo emanaba una sexualidad terrible, extraña, que conmovía a todos. Por eso los actores, los guionistas, los directores querían estar junto a ella y por eso sus peliculas, que no siempre guardaron la misma calidad, siguen siendo tan populares. Entre ellas se destacan "El torrente", 1926; "Carne y demonio", 1927; "La mujer divina", 1927, "Ana Cristina", 1930. "Matahari", 1931, "Gran hotel", 1932.
"La reina Cristina", 1933; "Ana Karenina", 1935; "La dama de las camelias", 1937 y la que algunos consideran que tiene su personaje mas fresco, mas alegre, mas ella misma, el de una muchacha soviética en "Ninotchka", de Ernest Lubitsch, en 1939.
Ella dijo: "Quiero que me dejen sola", y lo logró.