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LA MUJER DE LOS CRISTALES

Cada día más y más colombianos acuden al poder de las piedras y los cristales para curar su alma y su cuerpo. La "gurú" de esta ciencia se llama Claudia Restrepo.

18 de octubre de 1993

PARA MUCHOS escépticos lo esotérico, la metafísica, la astrología, el poder de los cristales y la meditación son brujería. Por eso puede parecer a algunos cosa de locos que una mujer que se ha educado con todas las de la ley, y que se ha desempeñado con éxito en cargos públicos, termine dedicada de tiempo completo a estos misteriosos temas. Esa es, en resumidas cuentas, la historia de Claudia Restrepo de Reyes, quien de los corredores de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York pasó a dirigir un centro de minerales esotéricos en Bogotá. Allí trabaja en cristaloterapia, esencias florales y elíxires de gemas para curar los males físicos y también aquellos que afectan el alma.
Esta vocación de Claudia por los quehaceres de lo esotérico no fue una casualidad; fue un designio del destino. Desde muy pequeña estuvo en contacto con todas estas corrientes, pues su abuela era teósofa y su madre, yogi. Pero a pesar de que esta tradición familiar la atrajo siempre, Claudia decidió que debía estudiar carreras tradicionales antes de dedicarle todo su tiempo a lo esotérico. Primero estudió filosofía y letras en la Universidad de los Andes, y después sociología en la Universidad Nacional. Luego cursó un máster en comunicaciones y educación en la Universidad de Nueva York y se desempeñó como asesora en esta misma materia durante el gobierno del presidente Alfonso López. En seguida fue vicepresidenta de la comisión de los derechos humanos en la ONU, y regresó a Bogotá como la representante de la BBC de Londres.
Y así, con viajes a Estados Unidos y a Europa, con muchos cursos y lecturas, se convirtió en una experta en el tema esotérico.
El año pasado, después de un viaje a Egipto, en donde visitó hasta el último rincón del Nilo, Claudia decidió dejar su trabajo de muchos años para dedicarse por completo a la medicina vibracional. "Mi propósito es ayudar a la gente en un país que está colmado de fuerzas oscuras", dice. La técnica que Claudia utiliza se conoce como cristaloterapia. Ella explica: "Se basa en un conocimiento ancestral heredado de los filósofos vedas de la India y que ha estado presente en todas las culturas. Se trabaja con algunas piedras que causan un impacto sobre el cuerpo, no sólo el físico sino el etérico". Esta técnica se basa en la creencia de que en el cuerpo humano existen siete chacras o centros de energía vital. "Cada chacra está representada por un color adecuado, que logra que ese centro vibre. El método de curación es aparentemente muy sencillo. Con el paciente acostado, mediante un péndulo se detecta en cuál de las siete zonas existe un problema. Entonces se le colocan las piedras adecuadas para cada sitio, formando mandalas, o diseños en los que juega el tipo de piedras y el color. El objetivo final de la cristaloterapia es armonizar la energía del cuerpo, la mente y la siquis", dice Claudia, quien invirtió muchos años de preparación para convertirse en un "canal" lo suficientemente puro que le permita transmitir la energía que se requiere durante la terapia.
Desde hace seis meses, Claudia abrió su centro de minerales esotéricos, donde cada día llegan más personas interesadas en profundizar sus conocimientos y estudiar la numerosa literatura que existe sobre el tema. Lo cierto es que esta antigua ciencia, basada en la energía de los minerales, tiene cada día más adeptos. Hoy no es extraño encontrar personas que cargan un cuarzo para aumentar la energía positiva, o como talismán para protegerse de las fuerzas negativas. E incluso que utilizan la cristaloterapia para deshacerse de las fobias o aliviar el estrés. Claudia, además, está dedicada a crear esencias florales y elíxires de gemas, que son un complemento de la cristaloterapia. Y la verdad es que el éxito de estos productos es tal que hoy, incluso, los está exportando a Europa.
Pero el poder de las piedras no se reduce a los llamados minerales esotéricos. Todas las joyas que una persona posee pueden ser una fuente de energía positiva. "La condición -según explica Claudia- es limpiarlas con agua marina y activarlas a través de los rayos del sol o de la luna, para eliminar el humor de quienes las trabajaron o las han usado antes".
Definitivamente, la transición de la era de Piscis a la de Acuario, lo que comúnmente se conoce como la Nueva Era, ha originado un boom de los temas esotéricos. A diario, más y más personas acuden a la energía de las piedras y los cristales para curar los males del cuerpo y del alma. Y cada día más y más personas se dedican al estudio de estas disciplinas que hace tan solo unos años eran cosa de locos.