Home

Gente

Artículo

E S C A N D A L O    <NOBR></NOBR>

¿La otra Lewinsky?

Washington vuelve a temblar por otra becaria. La desaparición de Chandra Levy tiene en el ojo del huracán al congresista Gary Condit quien, al parecer, fue su amante.

6 de agosto de 2001

Gracias a Monica Lewinsky la palabra practicante adquirió un nuevo significado en la Casa Blanca. El escándalo protagonizado por la becaria y Bill Clinton dejó en evidencia que las novatas funcionarias públicas también se dejan seducir por el poder. Después del incidente, que por poco le cuesta el puesto al presidente de Estados Unidos hace más de tres años, hoy en día otro político demócrata, Gary Condit, se encuentra en problemas debido a su relación con una joven practicante. En este caso no se limita a las acciones impropias de un congresista cincuentón y casado sino que involucra la misteriosa desaparición hace dos meses de Chandra Levy, de 24 años, quien hasta comienzos del año se desempeñaba como practicante de la Oficina Federal de Prisiones en Washington.

La joven estaba tan contenta con su trabajo que incluso llegó a pensar en que tan pronto finalizara su período de prueba académica el gobierno la contrataría como empleada fija. Sin embargo eso nunca ocurrió y a finales de abril Chandra canceló su contrato de arrendamiento y comenzó a empacar sus pertenencias para regresar a Modesto, California, su pueblo natal. Allí la estarían esperando sus amigos y familiares, quienes estaban organizando una gran fiesta para el 11 de mayo, día en el que la vivaz periodista recibiría su título de máster en administración pública de la Universidad del Sur de California.

Pero Chandra nunca volvió a casa. La última vez que la vieron fue el 30 de abril a las 7 de la noche cuando fue al gimnasio a cancelar su inscripción. Desde entonces nadie sabe de su paradero y las autoridades manejan tres hipótesis que apuntan a que la joven pudo ser raptada, que se está escondiendo o que intentó suicidarse.

El caso de Chandra podría sumarse a las decenas de desapariciones que ocurren cada año en Estados Unidos si no fuera porque los investigadores han encontrado nexos entre la joven y el congresista Gary Condit.

El representante, quien fue elegido por primera vez en 1988, es un hombre austero, no bebe licor, profesa el credo bautista y trabaja en las comisiones de inteligencia y agricultura del Congreso de Estados Unidos. Según testimonios de personas cercanas a Chandra la becaria conoció a Condit por intermedio de una amiga que estaba realizando sus pasantías en la oficina del político. Las dos estudiantes se reunían con frecuencia para almorzar y, al parecer, esas breves visitas sirvieron de excusa para que la practicante y el congresista se hicieran amigos.

Aunque hasta el momento Condit ha negado que su relación con Chandra haya sobrepasado los límites de la cordialidad los padres de la joven están convencidos de que entre ellos hubo un romance. Atando cabos, recordaron que el año pasado Chandra les contó que estaba saliendo con un hombre que trabajaba en el Congreso pero no quiso entrar en detalles. En febrero la joven se presentó en casa luciendo un bello brazalete que le había regalado su novio y una vez más rehusó a revelar su identidad. Lo único que le comentó a sus padres sobre el enigmático hombre es que era abstemio.

La policía requisó el apartamento de Chandra en busca de pruebas que permitieran aclarar su desaparición pero no hallaron pistas concluyentes. Sus objetos personales permanecían intactos, no había señales de robo y lo único que faltaba eran sus llaves. Lo que sí llamó la atención de las autoridades fue su correo electrónico y el registro de sus llamadas telefónicas, en el cual figura el número del correo de voz de Condit. Antes de su desaparición la joven atravesaba por un mal momento anímico pues a su pérdida de empleo se sumó una pelea con un misterioso amigo en Washington que, según dicen, no hizo lo suficiente para conseguirle un nuevo trabajo.

Los padres de Chandra están convencidos de que los hallazgos de la policía no son simples coincidencias y aseguran que el representante está ocultando algo. Tanto es así que la propia madre declaró ante los medios de comunicación que ya no le importa si Condit se acostó con su hija pues lo único que le interesa saber es si él puede ayudarlos a encontrarla.

Pese a que el congresista ofreció una recompensa a la persona que dé información sobre el paradero de la ex becaria, Condit ha preferido mantenerse al margen del escándalo y no ha querido hablar con la prensa. Todas sus declaraciones han sido a través de comunicados en los que niega rotundamente cualquier relación sentimental o sexual con la joven.

La semana pasada la investigación dio un nuevo giro gracias al testimonio de Anne Marie Smith, una antigua amante de Condit, quien aseguró que un detective privado al servicio del congresista la había presionado para que negara su affaire de 10 meses con el político en caso de que el FBI la interrogara. De ser cierta la acusación de Smith, quien dijo no saber nada sobre la relación de Chandra y Condit, el congresista podría verse involucrado en un caso de obstrucción de la justicia.

Aunque las autoridades no tienen evidencias concretas que comprometan a Gary Condit con la desaparición de Chandra Levy cada día aumentan los interrogantes sobre el supuesto romance que tiene en vilo a la sociedad estadounidense.