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Lars Rebien Sørensen Novo Nordisk | Foto: Getty Images

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Un danés es el mejor jefe del mundo

‘Harvard Business Review’ acaba de publicar su listado anual de los mejores 100 CEO. El primero, Lars Sørensen, rompe todos los paradigmas, comenzando por su sueldo.

17 de octubre de 2015

No es casualidad que Lars Sørensen gane menos que sus compañeros de la lista de los 100 mejores CEO publicada por la Harvard Business Review. El danés no considera un acierto que en una empresa el jefe reciba millonadas y sus empleados crean que trabajan para “llenarle los bolsillos”. Sabe que devenga más de lo que podría necesitar y que en un año gana mucho más de lo que la mayoría de operarios haría en una vida entera. Sørensen demuestra que, al parecer, el poder no tiene que subirse necesariamente a la cabeza.

Sørensen gerencia Novo Nordisk, la compañía farmacéutica especializada en productos para tratar la diabetes, y demuestra que los daneses manejan sus empresas de una forma muy distinta a lo que se enseña en las universidades. Es el número uno de la tabla de CEO de mejor desempeño que anualmente presenta la revista Harvard Business Review (HBR), que este año pondera en una lista el resultado económico y en otra las buenas prácticas empresariales. Y si bien su manera de hacer las cosas puede resultar alocada para los latinos, demuestra que el ‘estilo escandinavo’ es exitoso y sostenible. Contagiar a todo un equipo, hacer de la venta de insulina una misión de vida y vivir la misión en conjunto no es fácil, pero Sørensen lo logra con una tranquila pasión. Rige por consenso, es sensato, construye puentes con sus empleados.

Los analistas de la prestigiosa universidad estadounidense lo consideran el gerente operativo (Chief Executive Officer) más brillante del planeta, pero él lo ve y lo vive distinto. Recibió a los entrevistadores del HBR en su casa de vacaciones en Estados Unidos en bermudas y chanclas y les rebatió los adjetivos. “No me gusta que digan que tengo el mejor desempeño. Es muy estadounidense esa perspectiva, les gusta elevar a celebridades a las personas. Yo diría que encabezo un equipo que colectivamente está creando una de las compañías de mejor desempeño en el mundo”. Para él, ese detalle hace una gran diferencia, porque en el mercado farmacéutico los productos pueden tomar de 20 a 25 años en madurar y el trabajo es grupal y circunstancial: “Se puede ser el mejor CEO del mundo y heredar una situación difícil. A veces alguien construye mejorías a través de los años y el héroe es el que viene después”, indicó al periodista Adi Ignatius, editor en jefe de la publicación.

Novo Nordisk nació en la década de los veinte y tiene su base en Copenhague, Dinamarca. En casi un siglo no se ha desviado de su misión, producir insulina, y hoy controla casi la mitad del mercado de productos relacionados a esa droga. Alrededor de 400 millones de personas sufren de diabetes y el mercado es enorme. Pero si bien la lógica dice que la enfermedad es la mejor amiga de las compañías farmacéuticas, Sørensen rompe el molde. Desde que asumió el cargo en 2000 estableció la meta de curar la diabetes en 15 años. Hoy acepta que está 15 años atrás pero persigue el mismo objetivo mientras recoge los frutos de su gestión. “Le digo a mis empleados que si curamos la diabetes, y eso destruye gran parte de nuestro negocio, podemos estar orgullosos. Conseguiremos trabajo en algún otro lugar y habremos trabajado en el servicio social más significativo en la historia de parte de una farmacéutica”.

Como si no fuera suficiente, también transgrede la manera convencional de mercadear sus marcas. Muy pocas empresas venderían el mismo producto esencial en otros lugares del mundo a un valor asequible en cada mercado. Sørensen observó, justo cuando comenzaba su labor de CEO, que los precios de los medicamentos para tratar el VIH-sida se habían salido de control, lo que provocaba grandes críticas contra sus productores. Para evitar que eso le pasara a su empresa, fundó la organización sin ánimo de lucro World Diabetes Foundation (WDF) cuyo objetivo es analizar las fallas de muchos países en el tratamiento de la diabetes, financiada con un porcentaje de la venta de cada frasco de insulina que la compañía comercializa en el mundo. Con ese capital, la organización hace donaciones que derivan en precios más asequibles en Asia, América Latina y África, y modula los precios para las necesidades de cada población. Además, vende sus productos tanto en marcas genéricas como de gama alta, algo que la inmensa mayoría de los empresarios del sector considerarían una herejía.

No todos los empresarios piensan o actúan así, y muchos colegas le recomiendan diversificar pues el 80 por ciento de su negocio depende de la diabetes. Pero Sørensen, quien confiesa haber visto decenas de intentonas de diversificación irse al piso, cree que las empresas se deben dedicar a lo que saben hacer. Novo Nordisk sabe producir insulina, pero lo hace con un estricto monitoreo de temas sociales y medioambientales. “Si contaminamos nos imponen regulaciones más estrictas y seguramente eso traerá más costos en energía. Igualmente, si tratamos mal a nuestros empleados y no nos portamos como buenos ciudadanos corporativos, los gobiernos nos impondrán regulaciones altamente costosas”.

Prevenir antes que lamentar no es un factor menor. De hecho, Harvard Business Review le dio en 2015 una especial importancia en su escalafón a las buenas prácticas empresariales, de sostenibilidad, de transparencia y gobernanza medidas por la empresa de investigación empresarial Sustainalytics. Tan relevantes fueron que le costaron a Jeff Bezos, CEO de Amazon, caer 86 puestos a pesar de que económicamente es el número uno. Sørensen, por su parte, no es un líder típico, pero deja muchas lecciones sobre cómo romper el molde. A fin de cuentas, puede ser lo mejor para una compañía a largo plazo.

Otros ejemplos notables

1. Lars Rebien Sørensen
Novo Nordisk
 
• CEO y presidente de Novo Nordisk, una empresa farmacéutica. No estudió un MBA y asumió el cargo en 2000. Su desempeño fue número 6 en el ranking financiero y 15 en las buenas prácticas  (ESG).

3. Pablo Isla
Indietex


• El español completa diez años al mando de almacenes de ropa exitosos como Zara y Stradivarius. No cursó un MBA, no es presidente de la compañía, pero ha logrado posicionarse en el puesto 20 a nivel financiero y 49 en el ranking de buenas prácticas.

10. Fujio Mitarai
Canon

• El japonés lleva 20 años al frente de los destinos de Canon en una etapa en la que las empresas de tecnología enfrentaron fuertes cambios. En el escalafón financiero ocupa el puesto 45, pero en buenas prácticas está en el 140.

12. Howard Schultz
Starbucks

• El zar de las tiendas de café alrededor del mundo asumió la gerencia general de la compañía en 2008 aunque no cursó un MBA. Compensa su ranking 207 en buenas prácticas empresariales, con un 37 a nivel financiero.

13 Florentino Pérez
ACS

• El presidente del Real Madrid dirige un conglomerado de empresas desde 1993. Y si bien mantiene felices a sus accionistas, con el lugar 21 en aspectos financieros, a sus empleados no tanto, en prácticas cae al 280.

16. Carlos Brito
Anheuser-Busch Inbev

• Recién completó una de las adquisiciones más ambiciosas en la historia. Asumió en 2005 y es de los pocos que es CEO, presidente de la compañía y que cursó un MBA. Es 228 en buenas prácticas y 38 en desempeño financiero.