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LAS GUERRAS DE MARIPAZ

Con una vertiginosa carrera que envidiarìan muchos de sus contemporáneos, Marìa de la Paz Jaramillo cumple 25 años de vida artística.

13 de noviembre de 1995

LOS LUGARES COMUNES NO HAN SIDO LOS pasos que ha seguido María de la Paz Jaramillo, una manizaleña provocadora que lleva más de dos décadas dando de qué hablar en materia de arte. De niña cuando a los otros bebés les calmában el llanto con un bombón, su papá Gilberto Jaramillo la tranquilizaba mostrándole pinturas de Matisse. Más tarde, cuando con su carita de ángel y sus atrevidas minifaldas parecía estar en su salsa en una escuela de modelaje y diseño de modas en Londres, ella prefirió volver al país, inscribirse en la facultad de bellas artes de Los Andes y dedicarse a la pintura. Y cuando los artistas nacionales como sus profesores Luis Caballero y Juan Cárdenas trabajaban figuras perfectas, ella empezó a pintar feo, con colores incombinables, ángulos inconcebibles y trazos desusados. Para sorpresa de muchos a los 26 años y sin haberse graduado ganó el Salón de Artistas Nacionales, con una Señora Mac-Bed muy triste. Y aunque sus temas preferidos han sido las prostitutas, los bailaderos ardorosos de salsa o los sombríos lupanares de tango, ella nunca ha dejado de jugar golf, maquillarse con cuidado y llevar a pie juntillas el último grito de la moda.
En esta carrera de sorpresas y revuelos que completa 25 años, Maripaz contabiliza ya más de 2.000 obras, 31 exposiciones individuales e innumerables participaciones en la mayoría de los eventos internacionales importantes como las bienales de París, Italia y Berlín.
Los experimentos con todo tipo de técnicas -desde el grabado, el oleo, el pastel, pasando por el acrílico hasta las esculturas de látex- han ido llenando sus cuadros de mujeres coloreadas sin remordimientos, de romances patriotas (Efraín y María, Bolívar y Manuelita), vallenateros súdorosos, bailarines infatigables, cantantes mudos, modelos perplejas en bikini, personajes de la fauna nacional, bodegones fosforescentes y cansada naturaleza salvaje.
Este mes, el Museo de Arte Moderno exhibirá una completísima retrospectiva con 200 de las mejores obras de esta mujer que nunca se ha preocupado por pintar según lo establecido y que con su curiosidad ha logrado crear una de las obras pop más importantes del país, al lado de Beatriz González, quien más que su maestra es su amiga.
Y a pesar de celebrar sus bodas de plata con la pintura, Maripaz cree que apenas llega a la madurez de su vida y su pintura, cuando entonces sí podrá lanzarse a consolidar su obra.