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LOCO DE DICHA

28 de abril de 1997

No son pocos los espectadores que han llegado hasta las lágrimas viendo la película Shine, que cuenta la tormentosa vida del pianista australiano David Helfgott, víctima de un serio problema mental que los siquiatras describen como "desorden esquizoafectivo". Ahora el más feliz con la taquillera cinta es el propio pianista de 49 años, a quien la fama lo ha resucitado como concertista. A pesar de su trastorno, que lo mantiene en un permanente estado de ansiedad y compulsión, y de las malas críticas de los entendidos sobre su interpretación al piano, Helfgott acaba de iniciar una gira de 60 recitales por Estados Unidos y se ha convertido en la nueva superestrella de la música clásica entre el gran público.