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LOS MISERABLES

El escritor Alberto Moravia envuelto en escándalo por tacaño.

8 de junio de 1987

No todo lo que brilla es oro, reza el dicho. Y el nombre de Alberto Moravia, que hasta hace poco brillara en la constelacion literaria mundial como el del escritor viviente más importante de Italia, parece ajustarse perfectamente a este pregón popular al verse hoy convertido en el centro de una picante y violenta tormenta judicial sobre la herencia de su ex esposa, Elsa Morante, la cual podría conducir a la iniciación de un proceso por fraude, aunque algunos observadores consideran que el asunto no llegará tan lejos.
Elsa Morante, considerada una de las mujeres más importantes escritoras de este siglo, estuvo casada con Moravia durante veinte años, hasta que en 1961 resolvieron separarse, pero nunca hubo divorcio. En noviembre de 1985 murió, luego de una larga enfermedad y de un intento de suicidio. Durante la Segunda Guerra Mundial la pareja de escritores huyó de los fascistas escondiéndose en el campo por algo más de un año a la espera del avance de sus enemigos. Esta experiencia sirvió de base para una de las más importantes novelas de la posguerra escrita por Moravia, "La Ciociara", publicada en 1957 y traducida al inglés bajo el título de "Dos Mujeres" .
El escándalo por fraude o intento de fraude contra el Estado italiano que involucra hoy al afamado novelista y que podría enfrentarlo a una condena de cinco años de prisión, y a una multa de hasta tres millones de liras, comenzó a gestarse en el otoño de 1983. En aquel entonces el escritor, hoy de 79 años atrajo la atención de los italianos al iniciar una colecta pública de fondos para subsidiar el tratamiento de su ex esposa, calificado por él como escandaloso al quedar ésta paralizada en una clínica de Roma después de su intento de suicidio. Moravia dijo que ella no estaba en capacidad económica de proporcionarse el tratamiento adecuado y declaró a la prensa que él, por su parte, simplemente no ganaba las cien millones de liras al año que costaba el tratamiento de la señora Morante.
Y el llamamiento de Moravia al buen corazón de los italianos no se hizo esperar. Los padres de la ciudad de Roma destinaron 20 millones de liras de los contribuyentes para engrosar los fondos pro Elsa Morante y hasta el propio presidente Sandro Pertini salió a su rescate con siete millones de liras. Pero en realidad, ni un solo peso de estas donaciones fue pagado por las autoridades de la ciudad de Roma, pues antes del desembolso se pasó una solicitud de verificación por parte de los contralores financieros.
Después de esta investigación se pudo comprobar que la señora Morante, mejor conocida por su última novela, "La Storia", que fue traducida en una versión para televisión después de su muerte, estaba lejos de ser una pobre indigente durante su enfermedad. No solo poseía dos casas en Roma, sino que además tenía cuentas bancarias superiores a las 100 millones de liras y bonos del tesoro nacional por otras 200 millones; esto sin mencionar el buen paquete de millones que recibía por concepto de derechos de autor.
Todo el embrollo salió a la luz pública a raíz de que Elsa Morante excluyó a su marido de cualquier participación en su herencia, la cual fue distribuida entre sus sobrinos y su ama de llaves. El escritor entonces, y olvidando aparentemente su apelación pública de fondos, dio instrucciones a sus abogados para que reclamaran su legítima mitad del patrimonio conjunto con la escritora.
Cuando las noticias aparecidas en el periódico de Roma Il Messagero divulgaron a principios de este mes que los contribuyentes italianos habían subsidiado injustamente a la esposa de Moravia durante su enfermedad, se produjo una verdadera avalancha de cartas de abogados y angustiado e indignado pronunciamiento del escritor, puesto que él había ya pasado la reclamación por la supuesta parte de la herencia a María, la hermana de Elsa Morante. Moravia habló de "mentiras y linchamiento público" y terminó anunciando dramáticamente que él prefería ser juzgado "culpable de cualquier crimen antes que inocente de acuerdo a los valores morales de sus enemigos".
El novelista fue citado antes de la Semana Santa pasada a la oficina del fiscal público de Roma para dar su versión sobre la historia de la herencia ante el asistente del fiscal, Antonio Vinci, y allí Moravia anunció que estaba pidiendo inmunidad en el proceso a causa de su pertenencia al parlamento europeo. Aseguro, además, que una parte considerable de la herencia fue acumulada a las propiedades de su esposa después de su muerte, con las regalías por derechos de autor que pagó la televisión italiana por su versión de "La Storia", lo que haría más válida su reclamación.
Como van las cosas, y mientras espera el desarrollo de los acontecimientos al lado de su nueva esposa -la historiadora española Carmen Llera, 43 años menor que él-, la ambición del escritor podría dejarlo sin el pan y sin el queso.