La herencia de Mandela

El expresidente también se acordó de sus empleados más cercanos, incluida su cocinera y su asistente personal, a quienes dejó más de 4.000 dólares por cabeza. Además, destinó una buena cantidad a colegios, universidades y su partido, el Congreso Nacional Africano. A la que sí dejó por fuera fue a Winnie Madikizela, su segunda mujer, quien a pesar de haber soportado los rigores del apartheid mientras Mandela estaba en la celda de Robben Island, protagonizó varios escándalos años después. Aunque la relación llegó a su fin en 1992, siguieron en contacto, tanto así que ella estuvo al lado de la cama del exmandatario en sus últimos momentos.