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MENUS PARA LA "INTELIGENZIA"

Un cocinero de la Perseverancia se dedica a enseñarle culinaria a los artistas e intelectuales del centro de Bogotá.

12 de noviembre de 1990

A pesar de lo que se puede suponer, los artistas, los intelectuales y demás cultores de la estética, desconocen una de las artes fundamentales para el cuerpo y el espíritu: la culinaria. Y por eso el chef Helmer Manzano, caleño, diseñador textil y además productor de cine, ha decidido darle cursos de cocina a pintores, sociólogos, escritores, actores, músicos y demás miembros de la intelectualidad del centro de Bogotá, específicamente del sector de La Macarena y las Torres del Parque.

La idea surgió de las tertulias de estos habitantes de la llamada "franja lunática" en el restaurante El Patio, de propiedad de Manzano. Allí los artistas acuden a degustar los platos y las especialidades italianas y terminan diletando sobre sus conocimientos culinarios. Manzano en tonces se dio cuenta de que no tenían ni idea de cocina, que todo se iba en suculentas especulaciones y entonces se inventó el curso.

Todos los domingos en la cócina de El Patio el chef Manzano dicta su curso, diseñado en 10 sesiones cada una de cuatro horas, al cabo de las cuales el pintor de turno por lo menos sale con las bases mínimas para poder darle curso a la imaginación. Cada domingo los integrantes del curso aportan los ingredientes, cocinan un menú compléto (entrada, plato fuerte, acompañamientos, ensalada, jugos y postres) y al final, se llevan para su casa los deliciosos manjares.
Manzano considera que para cocina y disfrutar de la cocina hay que tener conocimientos en los siguientes temas, que hacen parte de su curso: Introducción a los cortes de carnes y verduras, recetas de acuerdo con la canasta familiar, conservación de alimentos, rescate de la cocina colombiana, higiene en la cocina, utilización de hierbas y especias nativas y foráneas, introducción a los postres prácticos e interpretación de menús y recetas. Conocedor de todo el país, en sus clases Manzano hace énfasis en el rescate de las tradiciones gastronómicas populares y en los platos regionales " típicos, porque lo típico es lo demostrar sino cotidianos, eso que la gente llama con todo tino, comida casera" . Precisamente porque la comida casera es verdaderamente la herencia cultural de 450 años de historia y de imaginación, combinación de recursos y sabores tan diversos como el país.

El chef insiste en que la enseñanza de la cocina debe ser personalizada, o sea intensa y fraterna, porque los buenos platos son tan importantes como las buenas conversaciones. "Primero en torno a la cocina y luego a manteles, las gentes celebran un rito maravilloso: el de nutrición", dice.

Y no son pocos los intelectuales y, artistas satisfechos de cuerpo y alma con los cursos de Manzano. Se les ve caminar con los folletos que les entrega Helmer. Algunos abdómenes protuberanl de la zona de la carrera 5 con calle 27 "así lo demuestran.
Helmer Manzano
Es caleño, tiene 39 años y desde hace diez se hizo cocinero, gracias a una ex suegra peruana, que le enseñó los secretos de la mesa. A pesar de ser tecnólogo textil, productor de cine, asistente de dirección y escritor lo que más le apasiona son los aromas de las ollas y las frituras. Su primer restaurante se llamaba "El taller de cocina" más conocido como "la boleta", porque en él era imposible tener citas clandestinas. Ahora es el cocinero de "El Patio" (Carrera 4A Nº 27-86), especializado en comida colombiana e italiana. Su libro escrito con estrella de los Ríos "Cocinar no es misterioso", va ya por la quinta edición. Quienes lo conocen aseguran que su archivo de recetas populares y regionales de Colombia es importantísimo. Enemigo total del perro caliente, considera que la mejor comida del país es la de Córdoba, mezcla de cocina árabe y andaluza. Anda én el cuento de redescubrir el gusto nacional.