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La foto de Mary Dague, quien perdió sus brazos en Irak y sobrevivió un cáncer de seno, le costó a Michael Stokes la reacción negativa de Facebook.

FOTOGRAFÍA

El estadounidense que retrata soldados amputados y capotea la censura de Facebook

Michael Stokes redefinió la manera de fotografiar veteranos de guerra, pero sus imágenes incomodan a la popular red social.

26 de septiembre de 2015

Michael Stokes se pregunta por qué sus fotografías generan curiosidad en Colombia. Como la mayoría de los estadounidenses, el fotógrafo no está al tanto de la situación de este país. No sabe que el conflicto armado ha cambiado por años la vida de miles de personas, mutilado sus cuerpos y puesto a prueba sus almas. Pero Stokes no es ajeno a ese tipo de sufrimiento. Desde 2013 ha estado en contacto con decenas de veteranos de guerra de su país que combatieron en Oriente Medio. Y la manera única en la que los ha retratado ha causado furor y revuelo.

Según le dijo a SEMANA, el fotógrafo ve sus fotos como “una celebración del camino que los veteranos han recorrido, de donde vinieron, de lo que hicieron para seguir con su vida y de donde están en el presente”. Pero no se hace el inocente cuando se le pregunta por la controversia que generan. La enmarca en la amplitud mental de quien las observa: “La mayoría de las personas acepta mi trabajo y ha generado interés de lugares inesperados como China y Ucrania. Algunos católicos pueden quedar confundidos y no entender la desnudez, pero eso es todo”, añadió.

De hecho, parece que la sociedad hubiera pedido este tipo de manifestaciones. Tras ser rechazado por dos grandes casas editoriales, Stokes lanzó una campaña de crowdfunding para financiar sus dos primeros libros, Masculinity y Bare Strenght. El resultado le mostró que su proyecto tenía alas, le permitió librarse de deudas y publicar. La segunda, que realizó el año pasado, recaudó los fondos aún más rápido, en una hora y 15 minutos, y en dos días había cuadruplicado la ‘cifra meta’. Tal resultado le ha permitido a Stokes vivir de su arte, asegurarse la publicación de dos nuevos libros (su próximo proyecto se llama Always Loyal) y aportar casi 35.000 dólares al Semper Fi Fund, una organización que presta ayuda económica a veteranos de guerra en proceso de recuperación.

Stokes se adentró así en el mundo de algunos jóvenes veteranos de guerra estadounidenses. En su mayoría se trata de personas que siguieron adelante con sus vidas a pesar de la adversidad. Es difícil negar que los retratos impactan, y como expresión artística erótica ponen a prueba al espectador. A algunos la figura masculina expuesta tan francamente les genera rechazo, a otros los inspira que soldados que han perdido partes de sus cuerpos se muestren tan vivos, sin nada que esconder o de lo cual sentirse avergonzados. Algunos posan con sus prótesis, otros juegan con ellas y Stokes simplemente retrata su gloria corporal. Y si bien es una estética que no apela a todas las sensibilidades, el artista cree que es la base de su éxito: “La gente primero se da cuenta de que está observando un cuerpo hermoso y luego de que es una persona amputada”.

Todo comenzó cuando Stokes conoció en 2012 al oficial del ejército estadounidense Alex Minsky por medio de un amigo. Minsky venía de vencer una profunda depresión. Había perdido parte de su pierna en Afganistán cuando el camión que lo transportaba pisó una mina. Regresó a casa ansioso, herido física y psicológicamente y ahogó las penas en el alcohol. Pero en el gimnasio encontró una ruta de vuelta y allá pulió su figura con persistencia. Stokes se propuso fotografiarlo y lo consiguió, y si bien no fueron las primeras fotografías de Minsky, sí lo llevaron a primeras planas de los medios.

“Lo asumí con mucho cuidado. Yo era un fotógrafo de ‘fitness’ con algo de erotismo en sus trabajos, y mi intención fue abordar a Alex de la misma forma. Pero tenía que evitar que se sintiera avergonzado”, aseguró al diario británico The Daily Mail. El exsoldado mostró todo lo contrario a vergüenza. Confiado exhibió sus músculos, sus tatuajes y su prótesis. Esa actitud cambió la sesión y cambió a Stokes. Desde entonces el fotógrafo ignoró que su modelo era un amputado y lo retrató como a cualquiera.

Las cadenas de televisión de Estados Unidos tomaron nota y entrevistaron a Minsky. Stokes también salió del anonimato y buscó a más veteranos. Se volvió un nombre conocido entre estos, y cuando contacta a alguien es casi seguro que ya ha oído hablar de él. Pero esto no ha modificado sus métodos: “Usualmente paso con ellos un largo rato antes de fotografiarlos y creo que eso les mata los nervios”, contó al diario The Independent.

Con sus provocadoras fotografías Stokes ha puesto en aprietos a la red social Facebook, que no sabe qué hacer con las imágenes que sube y cómo justificar los bloqueos que le aplica. “Creo que dentro de poco van a eliminar mi página del todo”, aseguró Stokes a SEMANA. Quizás exagera cuando añade que Facebook permite videos de Isis mientras los veta a él y a quienes comparten sus imágenes. Después de todo, la red social viene de bloquear un video instruccional sobre lactancia.

En la primera foto que le causó problemas aparece Mary Dague, que perdió sus dos brazos en una explosión en Irak y, como si fuera poco, a su regreso a Estados Unidos sobrevivió un cáncer de seno. La foto de Dague imitando a la Venus de Milo estalló y la red social respondió con bloqueos a quienes la compartían. Luego de casi 6.000 quejas Facebook se retractó, pero en el fondo no mucho ha cambiado. “Cada cuatro meses me bloquean, me toca quitar las fotos. Luego la gente se queja, los medios hacen ruido, y Facebook echa para atrás. Pero jamás se ha disculpado directamente”. Para Stokes, en muchos casos, su arte va en contra de la convención según la cual ver a mujeres como objetos es aceptable pero no al revés. “Sé que algunos hombres se enfurecen al ver a un hombre posando de manera sensual, les molesta que la mujer sea la voyerista”.

El futuro le tiene reservadas sorpresas a Stokes. Quizás no tenga página en Facebook en pocos meses, pero sí más libros en estanterías del mundo. Quizás no viaje al Reino Unido a buscar excombatientes víctimas de minas, como lo planea, y quizás escoja convencer a los veteranos de la guerra colombiana de dejarse retratar.