Home

Gente

Artículo

NO DA UNA

SIMPSON HA SIDO TOTALMENTE ACORRALADO EN EL JUICIO CIVIL Y NO HA PODIDO NEUTRALIZAR NINGUNA ACUSACION.

6 de enero de 1997

Desde cuando se inició el juicio civil en contra del ex futbolista O.J. Simpson a finales de septiembre todo el mundo sabía que llevaba las de perder. Sin embargo nadie imaginó que sus declaraciones frente al jurado fueran tan desastrosas. A diferencia del juicio penal, en el que Simpson tenía el derecho a elegir si quería o no testificar ante el jurado, en esta ocasión no tenía alternativa. Durante más de dos semanas O.J. fue interrogado bajo juramento por el abogado de la defensa, Daniel Petrocelli, quien logró ponerlo contra la pared. Son varios los puntos en los que Simpson no pudo, no supo o le falló la memoria a la hora de contestar, entre los cuales los que aquí se presentan sin duda fueron los más claves.Ante temas tan cruciales como la procedencia de las marcas y morados en la cara de Nicole, las huellas de sangre en la camioneta o los zapatos Bruno Magli tuvo sólo respuestas cortas, evasivas y poco informativas que le han hecho perder aún más credibilidad. Lo cierto es que muchos opinan que si hace un año hubiera subido al banquillo de los acusados probablemente estaría hoy tras las rejas. A lo anterior hay que añadir que han surgido nuevos testigos que en nada favorecen la ya difícil situación del ex ídolo norteamericano. nLos zapatos del asesinoEn la escena del crimen fueron encontradas huellas de un exclusivo modelo de zapatos de marca Bruno Magli talla 12, la misma del acusado. Simpson siempre ha negado poseer este tipo de zapatos. Sin embargo recientemente el periódico sensacionalista National Enquirer publicó una foto suya de 1993 durante un partido de fútbol en donde está calzando dichos zapatos. Esta imagen fue presentada por los abogados demandantes como evidencia. Un agente del FBI testificó que dichos zapatos concuerdan con los de las huellas del asesino. No obstante, durante el interrogatorio Simpson niega haber calzado alguna vez un modelo Bruno Magli y asegura que la fotografía es un montaje ya que el nunca hubiera comprado unos zapatos tan feos como esos.La coartada del aviónSegún la defensa, en el momento del doble crimen Simpson se encontraba en su casa esperando que lo recogieran para ir al aeropuerto, donde tomaría un vuelo a Chicago. El acusado llegó a su destino a las 6 de la mañana y a las 7:45 recibió una llamada de la policía informándole lo ocurrido. De inmediato regresó a Los Angeles. La duda que queda es cómo, si cuando le comunicaron la noticia él no pidió detalles ni explicaciones, durante el viaje le hizo a su vecino de vuelo un minucioso recuento del crimen. Simpson había dado una declaración hace más de año y medio en la cual afirmaba que se había enterado de los pormenores del crimen cuando descendió del avión en Los Angeles. A la pregunta del abogado Petrocelli sobre cómo pudo describir al compañero de viaje la escena del homicidio si supuestamente se enteró de todo después, Simpson respondió: "No recuerdo".Cortadas de la manoO.J. Simpson se cortó la mano izquierda la noche del doble asesinato. Sin embargo todas las explicaciones sobre cómo se cortó han sido hasta ahora confusas. Originalmente dijo que se había herido en el afán de tomar la limusina para el aeropuerto. Luego aseguró que había sido en el hotel de Chicago y en otra oportunidad declaró que fue al regresar a Los Angeles. La semana pasada un nuevo testigo, el patólogo Werner Spitz, declaró bajo juramento que algunas de las cortadas de O.J en su mano izquierda correspondían a arañazos propios de una forcejeo entre el atacante y su víctima.La persecuciónEn el juicio criminal hace un año los fiscales nunca presentaron como evidencia la persecución de la policía a Simpson por la autopista de Los Angeles. En esta ocasión O.J. Simpson tuvo que explicar por qué decidió escapar justo antes de que los agentes lo arrestaran, por qué llevaba una peluca y barba, un pasaporte y 10.000 dólares en efectivo. Una vez más el acusado no tuvo ninguna respuesta válida a su favor que despejara las dudas del jurado.Sangre en la camionetaDurante las pesquisas después del asesinato los agentes investigadores hallaron rastros de sangre de Nicole, Ron y Simpson en el tapete, en el timón y en la manija de la puerta de la camioneta Bronco. A todas las preguntas que el abogado demandante le formuló para que explicara por qué huellas de sangre de las víctimas aparecían en su vehículo, Simpson contestó en todas las oportunidades: "No tengo ninguna explicación".Los guantesUno de los momentos cruciales del juicio criminal fue cuando O.J. Simpson tuvo que ponerse los guantes que habría utilizado para apuñalar a su ex esposa y al amigo de ésta. Uno de ellos fue encontrado en la residencia de Simpson y el otro en el escenario del crimen. Eran una de las piezas de evidencia más importantes de los fiscales. En esa oportunidad Simpson tuvo problemas para enfundar sus manos en ellos y dio a entender que le quedaban pequeños. No obstante, en el juicio civil un experto de los demandantes testificó que los famosos guantes se habían encogido y que en realidad son de la talla de Simpson.La grabaciónCinco días después del asesinato de Nicole Brown y Ron Goldman, el 17 de junio de 1994, Simpson y la policía protagonizaron una espectacular persecución por las autopistas de Los Angeles. Simpson iba en la parte trasera de la camioneta manejada por su amigo Al Cowlings y sostenía en una mano una pistola y en la otra un teléfono celular, con el cual se comunicaba con el detective Thomas Lange. Este personaje grabó la conversación pero el casete nunca fue usado en el juicio penal. En esta conversación Lange le pide que arroje la pistola por la ventana porque podría herir a alguien y Simpson responde: "Nadie va a salir herido. Yo soy el único que se lo merece". Lo que Simpson no pudo explicar durante su declaración bajo palabra en frente del jurado fue por qué si él sabía que lo perseguían por la muerte de su esposa nunca le dijo a Lange que era inocente. Simpson tampoco supo dar una razón convincente sobre por qué no denunció que la evidencia había sido plantada en su contra.