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| Foto: AFP

Pesadilla sin fin

La estudiante estadounidense Amanda Knox creyó que su suplicio había terminado cuando una corte decidió sacarla de la cárcel.

29 de marzo de 2013

La estudiante estadounidense Amanda Knox creyó que su suplicio había terminado cuando una corte decidió sacarla de la cárcel en la que estaba acusada de haber asesinado a su compañera de cuarto en Italia, la inglesa Meredith Kercher. La joven regresó a su país en 2011 luego de pagar cuatro de los 25 años a los que fue condenada y retomó su vida en Seattle. Sin embargo, el fantasma de su pasado regresó esta semana cuando la Corte Suprema italiana reabrió el caso. Según el ente judicial, en el proceso anterior hubo vicios de procedimiento y la decisión de dejar a la joven en libertad se basó en tecnicismos legales y no en pruebas que demostraran su inocencia. Knox se pronunció al respecto y dijo que a pesar de que la nueva medida le parecía injusta, lucharía con “la cabeza en alto” para limpiar su nombre.