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Profeta en tierra ajena

Un ejecutivo manizaleño, cabeza del principal banco de México, es el nuevo ejemplo del éxito de los colombianos en el exterior.

3 de mayo de 1993

QUE UN ARTISTA COMO FERNANDO Botero, un escritor como Gabriel García Márquez, o un futbolista como Faustino Asprilla se destaquen internacionalmente, ya no sorprende tanto como en el pasado.
Los colombianos se han ido acostumbrando a que muchos de sus compatriotas contrasten con su buen desempeño, la mala imagen internacional del país. Pero que se destaque un banquero criollo y que lo haga en un mundo ejecutivo tan competido como el de México, es algo que sin duda causa impacto.
Y ese es justamente el caso de Gabriel Jaramillo, quien hoy se encuentra a la cabeza del prestigioso Citibank en México, el único de los grandes bancos que sobrevivió a la grave crisis financiera vivida por ese país a principios de la década pasada, y a la ola de nacionalizaciones con que fue enfrentada por el gobierno de José López Portillo. Actualmente el mercado financiero mexicano es uno de los más atractivos del mundo, gracias al éxito que tuvo la política de ajuste y apertura de la economía que adelantó el Presidente Carlos Salinas de Gortari. Por este motivo, entidades como el Bank of America, el Chemical, el Chase, el Morgan y el Royal Bank of Canada están haciendo cola ante las autoridades aztecas para abrir sus subsidiarias en ese territorio.
- El nuevo reto de Jaramillo, después de su brillante carrera de 15 años en el Citibank, es enfrentar la competencia de las entida des extranjeras que logren ingresar al mercado financiero mexicano y mantener el primer lugar que ostenta hasta ahora la entidad que preside. El fuerte del banquero colombiano es dise ñar nuevos productos financieros. Su creatividad en este campo hizo posible que, poco después de que se pusiera al frente de la entidad, esta alcanzara el primer lugar en la colocación de pa peles en el mercado de capitales extranjeros y en la custodia de valores para los inversionistas foráneos que han llovido en estos años sobre México. Su audaz actuación en estas operaciones le valió elogiosos artículos de las publicaciones económicas del país azteca.
Pero Jaramillo no sólo es un apasionado de las operaciones bancarias, sino también de los toros. Su larga permanencia fuera del país no le ha quitado a este manizaleño de 44 años y cara de magnate árabe, el arraigo por su tierra. Todos los años, desde cuando se especializó en mercadeo bancario en la Universidad de California, viene al país en compañía de su esposa Martha Inés y de sus dos hijas, con el único objetivo de ocupar una barrera que tiene escriturada desde hace años para todas las corridas. Y a punta de ferias de Manizales no se descarta que la nostalgia vuelva a traer a este "cerebro fugado" a prestar sus servicios en Colombia.